Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Impresiones;

Suena la alarma del móvil, que anuncia un nuevo día, y que cierra los sueños que he tenido esta noche. A veces, lo agradezco, pero otras, odio que me dejen a medias de una creación de mi pensamiento. Es igual que cuando tengo algo buenísimo para escribir y no puedo hacerlo en el momento, lo peor que me puede pasar, es que se me olvide o que cuando vaya a escribirlo, no quede igual de bonito que como era al principio. Creo que por eso siempre me quedo con las primeras impresiones, y ,aunque yo nunca he intentado cambiar mi primera impresión, me suelen decepcionar personas antes de conocerlas. Es gracioso, siempre que tengo una idea clara suele cambiarse con el tiempo, o siempre que sé qué hacer en una ocasión acabo rogando otras opciones. Lo peor es que siempre me equivoco, bueno, con frecuencia lo hago, y en realidad es culpa mía porque nunca he intentado cambiarlo, y nunca he podido hacerlo de verdad. Utilizo demasiado las consecuencias como excusa antes de lanzarme a la piscina, o como salvavidas, quien sabe.
Siempre acabo hablando de mi, y esta entrada venía por un tema que he leído hoy en una de mis revistas preferidas, aunque bueno, casi que prefiero seguir hablando de mi.
Me suelo dejar las cosas siempre para el final, por ejemplo, escribir, aunque por el día se me ocurren buenas ideas por la noche escribo lo que realmente siento, y puede acabar siendo una buena entrada o una sin sentido que nunca publico. Por ejemplo, hace dos noches acabé cogiendo una antigua libreta que tenía para escribir poesía, y me salió un poema que me encantaría detallarlo más, pero no sé. Siempre he tenido dudas sobre mis trabajos, de hecho, en periodismo no paran de mandarme trabajo para casa, pero nunca he salido de voluntaria a corregirlo por miedo a que esté mal. Al descubrir la poesía cambié mi modo de escribir, de expresarme, de pensar... se puede decir que maduré sentimentalmente, racionalmente, emocionalmente... y es posible que a primera vista parezca seria, pero siempre he odiado serlo (menos en casos que requieren seriedad).
Bueno, ahora que viene el invierno creo que mi creatividad va a volar por los aires y escribiré más a menudo, o bueno, eso quiero pensar, porque voy a pasar muchas tardes leyendo periódicos, novelas, poesía y páginas web debajo de las mantas y sobre la influencia de un buen café.

martes, 22 de septiembre de 2015

Las cosas que no pude responder;

¿Por qué aún sientes dentro de tu pecho todos los latidos de mi cuerpo?
¿Por qué no dejo de sentir que todavía formas parte de mi piel?
¿Por qué decides que te quieres volver loca cuando yo me he vuelto cuerdo?
¿Por qué intentamos avanzar mirando de reojo lo que pudo ser?
¿Por qué las cosas que arreglamos al besarnos las rompemoss con palabras?
¿Por qué siempre que digo adiós el corazón me dice; inténtalo otra vez?
¿Por qué parece que sólo nos entendemos con las luces apagadas?
¿Quien diablos sabe calcular bien la distancia que debemos mantener?
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
¿Por qué es tan raro, el amor siempre resiste mucho más de lo que dura?
¿Por qué hay cuestiones en mi piel que solo puede respondérmelas tu piel?
¿Por qué si vuelves a mandarme algún mensaje aún se me rompen las costuras?
¿Por qué hacemos cosas que juramos que no llegaríamos a hacer?
¿Por qué si sientes lo de siempre tus ojos me dicen; ya no me haces falta?
¿Por qué si siento lo de siempre no me atrevo a decirte; quédate?
¿Por qué será que la felicidad ya nunca nos devuelve la llamada?
Creo que llamaré a esta canción las cosas que no pude responder.
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
El corazón, que sale a caminar con los cordones desatados.
El corazón, será los restos de un tal vez que no ha cicatrizado.
El corazón, parece ser que esta empeñado en que lleguemos tarde.
El corazón, que ya se ha acostumbrado a caminar sobre el alambre.
MARWAN.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Cambios abusivos.

Es un día nuevo en su nueva vida, bueno, en realidad no ha cambiado nada, se sigue despertando despeinada odiando y a la vez adorando la alarma de su móvil que marca 40 minutos antes de lo habitual, para que tenga tiempo de decirse unas cuantas tontería frente al espejo. Se viste mientras observa como su ropa va cubriendo su cuerpo y se lava la cara al menos tres veces para borrar un poco las ojeras de su rostro. No se peina el pelo, pues despeinado le queda mejor, y sale en busca de su hora preferida; la hora del café. Un minuto en el microondas es suficiente para que su café esté lo bastante caliente como para poderle quitar el frío del cuerpo. Deja la taza de café en la mesa y se sienta adelantando en su mente una lista de tareas que debe hacer hoy, mientras poco a poco va vaciando la caja de cereales sobre su taza y dejando que absorban café hasta que esté en su punto. Así que cuando se acaba el momento del café, vuelve al baño para arreglar un poco las greñas que le cuelgan de cada lado de la oreja. Coge sus cosas, y se marcha dejando la cama por arreglar, y sus dudas en un cajón donde hace meses que ni abre. Y mientras escucha que varias paredes de las calles cantan ''No fue suficiente pero nunca me quejé''  y así es cuando llega al coche que le lleva a las próximas 6 horas de teoría o de práctica de su nueva carrera. Conoce gente que va a ser amigos con quien va a compartir alegrías, estrés, vida, muerte y resurrección y mucha mucha mucha fiesta, y vuelve a lo mismo, a sacar hojas, escribir, inspirarse y volver a casa. Al volver, aunque se muera de ganas por abrazar su cama y dormir, quiere hacer cosas nuevas como volver a escribir en su blog, irse a bailar, a hacer deporte, a aprender inglés, mirar alguna serie.. en fin, miles de cosas que no puede porque hay cosas más importantes, aunque siempre saca tiempo para hacer algo que le cause más gusto que quedarse haciendo trabajos en su casa. Los peor es cuando llega la hora de encontrarse a ella misma y ver que las cosas están cambiando, y con ellas, las personas, los recuerdos, los olvidos...
Todo se va, y ella va creciendo y cambiando hasta que se encuentra con su niña interior. Joder, acaba de empezar la universidad y ya no es la misma, ya se siente en otro nivel, piensa distinto y se bebe el café mirando de reojo la ventana de la cocina, calculando las horas de sueño que le quedan al día, y las horas de vida que le quedan a la noche.