Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

martes, 26 de enero de 2016

Mi sistema autodestructivo.

Me gustaba verte saltar sobre los charcos llenos de barro y mancharte las botas nuevas.
Me gustaba verte en el espejo y gustarte, que no se te hiciera raro verte y que no te quejaras por cada centímetro mal hecho de tu piel.
Me gustaba verte sonreír y con ganas de comerte el mundo sin que fuera el mundo quien te tuviese como primer plato.
Yo soy mi propio sistema autodestructivo, soy la que no quiere ser yo misma, pero a la vez no admira a nadie más.
Yo soy la que me clavo en la boca del lobo, pero es que no quiero ser más oveja, no quiero formar parte de tu rebaño.
Yo soy quien solita va desmontando aquellos castillos que construyó para vivir, y la única que sabe construirlos, aunque sea con dos piedras y un poco de imaginación.
Pediría rescate, pero no hay nada que me pueda liberar de este "yo".
Sálvame.

martes, 5 de enero de 2016

Esto va por la niña de mi pasado:

Querida Lydia:
Se supone que este año es el que tanto has estado esperando desde que tienes uso de memoria. Siempre he pensado que el 16 iba detrás de mi, que cuando cumplía los 16 iba a ser feliz, que el 2016 iba a cambiar todo y bueno, aquí estoy. Hoy te hablo a ti, porque he venido a pedirte perdón por todo lo que he hecho mal hasta ahora, y vengo también a pedirte perdón por todo lo que haré mal en un futuro. Yo solita he colocado el nombre "caos" en tu vida y bueno querida, ya lo tienes como segundo nombre. Me acuerdo de tus deseos de cuando eras pequeña, como ser alta, seguir siendo rubia, que siguieras con el baile, aprender a andar con tacones, seguir llevando lazitos... Querías tener la vida llena de mariposas, y bueno eso en cierta parte lo estoy consiguiendo. Lo siento si no soy lo que quisiste que fuera, sé que cuando era pequeña no me veía como periodista, ni siquiera sabía qué era eso, sé que querías ser peluquera como mamá, o profesora como Chelo o Manuela (dos profesoras que tuve de pequeña) pero bueno, qué le voy a hacer si cada año que crezco cambio un poco más. 
Me acuerdo que eras una pequeña amante de las cosas divertidas, como vestirte con la ropa de mamá y tropezarte cada vez que usabas esos tacones. Te encantaba (y me encanta) disfrazarte y hacer tonterías delante del espejo a la hora de la ducha. Eras una pequeña soñadora que pensaba que sería una hada, vamos que querías que te crecieran alas y pequeña, lo único que me han crecido han sido las tetas, para ser un poco basta. 
Querías seguir llevando la sonrisa puesta y la llevo, te juro que la llevo. Te asustaban los osos y me asustan, de hecho aún no puedo ver las crónicas de Narnia con tranquilidad, ni ver hermano oso... vamos que tampoco he cambiado tanto. En cuanto a tu color favorito, cielo mío, ahora es el morado, lo siento pero el amarillo ha pasado a un color más. El pelo largo ha pasado de moda en tu vida, vamos que ese sueño de ser Rapunzel ha pasado ya. Cuando crezcas te gustarán las barbas, y tu película favorita de Disney seguirá siendo la sirenita, eso no lo cambio. Y tu película favorita va a ser Grease y Dirty Dancing, y serás una extrema fan de Juego de Tronos y de Vikings. (También vas a enamorarte de John Travolta y de Kit Harington). Sigues creyendo en el amor, no con tanta fuerza como cuando leías esos cuentos de princesas pero sí de otra forma, de una forma más real. Llevarás siempre encima una especie de amuleto que pensarás que te va a salvar, pero la única cosa que te puede salvar eres tu misma. Te harás un tatuaje, si, con las agujas que odias y bueno a raíz de ese tatuaje vas a querer hacerte más y más. Mamá y Carmen siguen bien, y bueno papá también. A los 18 (para 19 ya) vas a tener por fin esa habitación que tanto has querido, así que bueno, vas a dejar de dormir con la teta, para dormir tu sola y te digo que la oscuridad no da tanto miedo. El hombre del saco aún no se ha dignado a visitarte, y ni falta que hace que quieres que te diga. 
Sigo con el baile, vamos que no creo que vaya a quitármelo nunca de encima porque te sigue haciendo feliz. Lo que si que vas a abandonar es la gimnasia artística, lo siento pero la edad y el peso no perdonan. El deporte también va a ser tu vida de escapada, ¿a que nunca te habías imaginado ser capaz de correr por la playa? Pues Lydia, es un pequeño vicio que te has adquirido tu sola por el paso de los años. La poesía va a ser tu psicóloga, igual que la música, que las canciones y que los grupos que vas a descubrir. 
Tu vida ha cambiado un poco en cuanto a tus planes, en cuanto a tus deseos. Lo siento pero nunca vas  a tener un unicornio, de hecho es todo fruto de tu imaginación y el único vestido largo como si fuera una princesa lo vas a llevar el día de tu comunión y cuando bailes jotas. 
Lydia, lo siento si no estoy siendo lo que quisiste ser, pero si que estoy siendo lo que quiero en su cierta medida.