Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

jueves, 30 de junio de 2016

Amor propio

Llevo bastante tiempo pensándome esta entrada. Llevo bastante tiempo sin escribir nada aquí, y honestamente, es un error. Así que ahora voy a escribir sobre aquellos que tienen tiempo de sobra para estar haciendo de directores de la vida de otras personas.

Por desgracia, solemos tender siempre a estar pensando mal de las personas, a cuando cometen un error, que (¡vaya por Dios!) tu también los has cometido, siempre acabamos juzgando.  Es verdad, los errores forman parte de nuestro desarrollo, de nuestra madurez, y no hay mayor madurez que aceptarlos y saber aprender de ellos. Nunca es fácil, de hecho no hay nada fácil, pero así (aunque no lo parezca) es mucho más divertido. Lo único malo es no aceptarlo, y peor aún, que nadie lo acepte. Los errores normalmente casi que les afectan más a las personas que vienen de fuera que a la que los ha cometido, y ¿por qué? No me gusta pensar la única respuesta que he podido sacar a esta pregunta, pero por desgracia a respuesta es, que todas esas personas ya lo han cometido y no han aprendido de él, por tanto, no han madurado. No quiero decir que todos estos sean unos inmaduros, no tiene por qué, sino que directamente han decidido tener una opinión bastante narcicista, y con esto me refiero, a una actitud propia de personas que solo saben mirar por sí mismos y hablar por el resto. 

Me gustaría que quien nunca, y repito, NUNCA, ha cometido un error me explique realmente cómo vive. Cómo consigue relacionarse con personas que tienen su vida completamente en equilibrio y que sepan pasar ese equilibrio al resto. 

Bueno, no he venido a quejarme de nada, pero sí que he llegado a preguntarme hasta ¿qué es un error? porque ese error suele durar unos minutos, cuando pasa todo el eco que ha desprendido ese error desaparece, así que esos "errores" tienen la vida a corto/medio plazo, pero nuestro aprendizaje tiene la misma fecha de caducidad que nosotros mismos.