Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

domingo, 18 de octubre de 2015

tardes de otoño:

¿Quien me despertará todas las mañanas?
se me escama la piel por este invierno
y ya no hay café que soporte el ritmo de mis pestañas.

Las mantas han dejado de lado mis sentimientos;
me tapan solo cuando sienten que tengo miedo,
me abrazan cuando duermo sola,
y me atrapan cuando me despierto.

Tal vez debería irme a algún bar
o mirarme en algún escaparate,
o escribir cuando no encuentro mi lugar,
o buscar algún motivo para escaparme.

Escaparme,
qué palabra tan extraña,
se resvala por mi boca 
y así soy incapaz irme,
de mi.






sábado, 10 de octubre de 2015

Hace dos años

Otra noche que escribo para lo mismo, otra noche que pienso que si no escribo, no podré dormir.
Hace aproximadamente dos años que ya no formas parte de este hogar, para mi, ya no formas parte de mi familia. Hace aproximadamente dos años, tuve que dejar la famosa "edad del pavo" para afrontarme a algo más fuerte, algo que ni yo sabía que sería capaz de soportar durante tanto tiempo. Resulta que nunca has sabido como cuidarnos, lo único que se te ha dado bien durante este tiempo, ha sido fastidiarla cuando las cosas nos van mejor que nunca. Nunca te has preocupado por mi, ni por como me van las notas, ni las clases, ni el baile, ni la escritura. Nunca has sabido que he ganado premios de poesía sin tu ayuda, ni que me he presentado a pruebas de baile, y eso nunca lo has sabido porque nunca te ha interesado. El trayecto de estudiar, pasar tardes ensayando, noches escribiendo y días pensando en qué podía mejorar, tu nunca lo has visto. Siempre estabas fuera de casa, y no trabajando, sino derrochando el dinero que mi madre tenía para tomarte tus copas tan tranquilo, mientras ella luchaba para llegar a fin de mes y para darnos algo de comer. Lo único que te importaba eran los resultados finales, pero no querías venir a verme el día de mi graduación porque era la Eurocopa, no querías venir a verme bailar el día de mis actuaciones porque siempre estaba jugando algún equipo que te gustaba o porque tenías una partida de cartas.  Los domingos de pasarlos en familia los pasaba con mi madre y mi hermana en casa, porque no nos podíamos permitir irnos a tomar algo juntas mientras tu estabas en ese sucio bar, y como odio ahora los bares, y como odio ahora el futbol, las cartas y todo lo que me recuerda a ti.
Ahora mismo vuelvo a tener la misma sensación de adrenalina, de nervios y de rabia que hacía tiempo que no sentía. Ahora mismo vuelvo a tenerte odio y hacía mucho tiempo que no lo tenía. Ahora vuelvo a dedicarte unas palabras que sé que no vas a leer, mientras estás criticando la vida de mi madre, mientras vuelves a estar sentado con una copa de JB, mientras ella intenta dormir y mientras yo intento tranquilizarme. Odio que siempre vuelvas cuando menos quiero que lo hagas, porque me gustaría que vieras ahora mismo en lo que me he convertido, en una persona que ya no necesita un padre, que lo que necesita es una madre y la tiene. En una persona capaz de valerse por sí misma, que ahora es más fuerte que hace dos años, pues, en ese tiempo, no habría tenido el valor de enfrentarme a ti, pero ahora, ahora estoy echando atrás todos mis miedos, porque tu, ya no eres uno de ellos.

Cambio de historia

La reina Grimhilde tiene una historia que nunca ha salido a la luz.
Cuando ella era pequeña, formaba parte de una familia algo descompuesta, su madre quería ser la reina del mundo, y tenía poderes oscuros debajo de sus manos, su padre solo quería ser el rey del mundo de Grimhilde. Lo bueno, es que uno de los dos lo consiguieron, el padre de Grimhilde acabó siendo su pilar, la única persona que la entendía, la única persona que la quería, y le regaló un manzano con las manzanas más rojas del mundo entero. Su madre, bueno, su madre le quitaba todos los sueños de su mente, se los eliminaba con un solo hechizo, le prohibía ser libre y enamorarse de quien quisiera, aunque ella, calló en las manos del amor, y se enamoró de su criado. Ella ya sabía que a su madre no le iba a hacer gracia, así que mantenían en secreto su amor y mantenían en vivo sus planes de escapada. Un día, decidió escaparse con él a cualquier sitio lejos de su madre, así que cogió sus cosas, le dio un beso a su padre y se fue. Pero cuando ambos estaban en el manzano cogiendo manzanas para el camino, una pequeña niña, con el pelo negro como la noche, la piel blanca como la nieve y los labios rojos como la sangre, reclamaba ayuda subida en un rebelde corcel, que había perdido el control, así que Grimhilde fue a ayudarla. Al llevarla a casa, resultó que era la hija del rey de un reino lejano, y el rey, agradecido por salvarle la vida a su hija, le propuso matrimonio a Grimhilde y antes de que ella pudiera decir algo, su madre llegó y respondió por ella: "-sí quiere".
Grimhilde salió corriendo en busca de su amado, y cuando llegó al manzano le pidió que se escaparan en cuanto antes de allí. Él le regaló un pequeño anillo que pertenecía a su madre y se besaron bajo las sombras del manzano mientras ambos se proclamaban prometidos, para siempre.
Pero en ese momento, apareció Blancanieves, y  tras ver a su futura madrastra besar a otro hombre que no era su padre, echó a correr llorando para contárselo a su padre, pero Grimhilde la alcanzó y le rogó que guardara su secreto a cambio de que ella le contaría qué es el amor verdadero. La pequeña aceptó, y escuchó atentamente todas las palabras que le decía Grimhilde. Dos días antes de la boda, la madre de Grimhilde se puso a hablar con la pequeña Blancanieves, y empezaron a hablar de felicidad, la madre de Grimhilde le dijo a Blancanieves que ella haría cualquier cosa por hacer feliz a su hija, y Blancanieves le propuso a la madre que no se casara con su padre. Como la reina no entendía nada, Blancanieves empezó a hablar de amor, sin nombrar lo que vio, pero la madre de Grimhilde sabía que la pequeña estaba guardando algo, así que le dijo a la pequeña que no se preocupara, que ese secreto suyo no iba a ser desvelado por nadie si se lo contaba a ella, así que la pequeña se lo contó bajo los engaños de la madre de Grimhilde.
Grimhilde y su amado estaban dispuestos a salir de los establos para irse lejos de ese reino, pero la madre de Grimhilde los alcanzó y mientras le prometía a su hija que iba a ser feliz, le arrancó el corazón a su amado y lo convirtió en arena. Grimhilde no pudo parar de llorar y de maldecir a su madre, hasta el día siguiente.
El día siguiente, mientras se probaba el vestido, apareció Blancanieves y le dijo: "-¡Estás preciosa, tu amado va a estar muy contento de verte tan radiante!-" Unas pequeñas lágrimas corrieron las mejillas de Grimhilde, pero se giró a la niña y le dijo que su amado había escapado, y que iba a casarse con su padre. Entonces la pequeña le dijo que pensaba que ese amor era verdadero, y que su madre había entendido el porqué ella quería estar con su amado. La reina dio media vuelta con cara de susto, se secó las lagrimas, entendió que Blancanieves había roto su promesa y que por su culpa, para ella ya no existía el amor porque su madre se lo había arrebatado. Esa pequeña niña con cara de buena, había matado a la única escapatoria que tenía ella, a la única felicidad que había tocado alguna vez en su vida, así que le dijo que el amor verdadero no existe. La pequeña se fue algo confusa y triste hacia su habitación, y la madre de Grimhilde la felicitó por su comportamiento y le pasó sus poderes.
Al día siguiente Grimhilde se casó con el padre de Blancanieves y a los años, cuando Blancanieves se hizo más grande, lo mató. Por eso la malvada reina no tiene corazón ni amor por Blancanieves, por eso quiere que ella no sea nunca más feliz, por eso quería su corazón y por eso es la mala de la película.