Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

miércoles, 27 de julio de 2016

Changes

Hacer cambios siempre viene de maravilla, y no solamente bien. Realmente hace poco que estoy fuera de casa, pero aquí no tengo todas las cartas con las que estoy acostumbrada jugar, aquí todo es diferente; hasta el horario de dormir. Las personas que viven aquí están activas hasta las 19:00h aproximadamente, aquí los autobuses no son lo mismo que en España, ni los contratos, ni las calles... Pero lo que venía a escribir es sobre mí.

La verdad es que los primeros días todo era extraño, ni siquiera vivíamos en una casa que fuera nuestra, más bien estábamos de "ocupas" en casa de un amigo el cual su compañero de piso nos "invitó" alguna vez a abandonar el hogar, de repente me sentía como en Gran Hermano. La primera semana fue completamente de vacaciones, aunque no parábamos de tirar curriculums por todos lados y de arreglar papeles necesarios para vivir aquí, a parte de mudarnos a nuestra casa. Aquí se busca a gente para todo, hasta para limpiar los pomos de las puertas, lo cual, no era un problema encontrar trabajo, aunque hasta que no lo tienes, estas toda la semana preocupado. A lo que no me he llegado a acostumbrar es a los semáforos, exactamente tienes unos 20 segundos (con suerte) para cruzar de un lado al otro de la calle, el problema es que la mayoría de las veces no son calles pequeñas, sino que para cruzar necesitas tener un cohete en el culo que te ayude a sobrevivir, y da igual si tus piernas te dicen: "Párate un momento que has estado trabajando". El tiempo aquí no espera a nadie.

Necesitaba irme aunque fuera una temporada de lo que siempre he estado acostumbrada, necesitaba ver cómo funcionaba la vida en otros sitios, cómo buscarme la vida y cómo saber encontrármela. Que si algún día necesito levantarme antes para prepararme la comida lo hago, sin esperar a que lo haga alguien de mi casa, porque esa necesidad es mía. Necesitaba saber lo que es estar fuera de casa y empezar a echar de menos a muchas personas, a la comida (sobre todo), al clima, a algunos lugares, a las calles... Necesitaba escapar y aprender, entre otras cosas, a poder hablar con la gente en un idioma que no es el mío, aprender a ser puntual cuando es necesario, a ser responsable y a no quejarme por estar estudiando, ahora puedo apreciar lo que es estudiar, aunque muchas veces sea pesado, trabajar lo es aún más. No es la primera vez que trabajo, pero sí que es la primera vez que tengo un contrato y que tengo que cumplir unos horarios, sin poder sentarme porque da mala imagen, teniendo que poner las cosas en su perfecta posición, cerrar  puertas, servir sin derramar nada en el suelo... Poco a poco se aprende lo que viene a ser tu "oficio" por una temporada, y aunque ya he trabajado alguna vez de camarera, aquí es diferente. Aquí nadie te conoce, nadie sabe cómo eres y no tienes que aparentar nada, porque siendo tú misma puedes llegar a obtener cosas que no pensabas que tendrías, por ejemplo, estoy contentísima con mi trabajo, la gente es muy agradable y siempre están alegres, desde el principio han sido así conmigo y entre ellos y estoy muy contenta con mis compañeros de trabajo, a veces un poco de la felicidad de los demás puede ser para muchas personas una alegría. 

Los días aquí pasan rápidos, y los minutos más aún, nunca soy consciente de que aquí es una hora antes, y lo que peor llevo es que ya me he acostumbrado a este horario, que ahora son las 00:00 allí y aquí las 23:00. También me he acostumbrado a dormir todas las noches con mantas y a no tener que pasar mucha calor, no como en la "terreta", que precisamente el calor es una de las pocas cosas que no echo de menos. Tampoco echo de menos la playa, y yo que pensaba que sería una de las cosas que echaría de menos. Aquí está todo bien, está todo funcionando, todo como pensábamos que iría. No tenemos prisa en volver, y tampoco en quedarnos, solo queremos disfrutar de estas no-vacaciones que nos hemos tomado. 

Ah, las librerías aquí son inmensas, y no puedo evitar la tentación de comprar libros aunque sean en inglés para leerlos, aunque tardaré el doble en entenderlos, pero es necesario, no solo por placer (que también) sino por necesidad de aprender. Es verdad que hay mucho consumo, sobre todo en las hamburgueserías, la comida favorita de los jóvenes son las comidas pre-cocinadas y los dulces, por suerte donde yo trabajo todo lo que se sirve es dietético y bastante extraño por cierto. Ahora me han empezado a gustar los bocadillos de tomate, mozzarella y aguacate, extraño pero bastante bueno, y también las pizzas hechas con spaghettis,  también extraño, pero bastante rico. 

Bueno, realmente estar aquí es todo bien, así que mi aportación está acabada por hoy: