Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Tengo la mala costumbre...

Tengo la mala costumbre de dejarme todo para el final y pasar noches en vela sin saber que hacer. Tengo la mala costumbre de no dejar que la gente me pregunte como estoy, no me gustaría llenar vacíos a personas que quiero. Tengo la mala costumbre, de dormir boca abajo y dejar que la sangre pase a mi cabeza y despertarme sin pensamientos. Tengo la mala costumbre de marcharme cuando estoy bien, de querer irme o estar sola cuando realmente lo que necesito es estar con alguien.Tengo la mala costumbre de decir a todo que si y luego no hacer nada, o decir que no y sentirme vacía. Tengo la mala costumbre de ayudar a los demás cuando no tengo ni idea de que puedo hacer. Tengo la mala costumbre de escribir siempre a ciegas y no darme cuenta de que no tiene sentido alguno todo lo que digo. Tengo la mala costumbre de despertar a mi mal genio cuando estamos entre colegas y quedar como un monstruo que no sabe estar acompañado. Tengo la mala costumbre de bailar sola, pues con compañía no sé y me da miedo pisar pies o que me sigan y equivocarme. Tengo la mala costumbre, de vivir siempre en un constate ''no woman no cry'' para no llorar cada vez que me miran.  Tengo la mala costumbre de abrir regalos que no son míos y aceptarlos aunque sean miles de calzoncillos. Tengo la mala costumbre de perderme en mundos paralelos de mi cabeza y vestirme del revés cuando tengo cena. Tengo la mala costumbre de acabar el año con resaca de ti.

sábado, 27 de diciembre de 2014

VOLVEREMOS A CAER

El cielo se ha quedado con nosotros.
El mar no nos va a devolver las noches
que dormimos abrazados.
Las hojas de nuestro ciprés,
nunca más volverán a caer encima nuestra
y el manto del sol,
no nos tapará en el frio mes de enero.

El violinista del quinto,
jamás volverá a tocar nuestra canción
y la arena de esta playa,
no nos dejará bailar,
como aquella noche que perdimos el norte
y volábamos sin sur.

La lluvia ya no va a caer encima de nosotros.
El viento ya no va a soplar a nuestro favor.
Las estrellas se van a apagar si las miramos.
El aire no sabe hacia donde mirar.

Y yo,
no puedo dejar de mirar atrás.

Lydia Ferrando, premio en poesía en castellano, categoría B.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Confundida.

Ya no sé si realmente todo es como nos lo dicen, si nos lo venden bien o son cosas que nunca han existido. No sé si las palabras son ciertas o si las miradas hablan por sí solas, ni si las sonrisas vienen para comerse el mundo o para destruirlo. No sé si los besos se quedan como besos o como algo más. Si me confundo de puerta cuando voy a tu casa, o si la pregunta es: -¿Alguna vez has vivido ahí?- No sé si la gente que pasa por mi vida, viene para dejar una parte suya en mi o para quedarse. El otoño me confunde, pues no sé que cafés tengo que tomar cada día, dependen todos de mi. Tampoco sé cual es el sabor exacto de las fresas, ni si la verdad este año me trae un regalo de verdad. Si te quedas o si te vas, si me quieres o si me odias, si realmente quieres vivir conmigo, o vivir sin mi. Correr, huir, volar y más cosas que quisiera hacer ahora mismo. Recibir una carta el día de mi cumpleaños que me diga: ¿Me concedes este baile? Y que me recojan a caballo y bailar... Claro, luego me llaman ''nefelibata'' pero realmente este mundo no me gusta vivirlo. No quiero ser parte des-montada, pues a piezas no tengo solución.