Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

"Esa bailarina no se sostiene"

Lo peor de crecer bailando es que creces. 
Entran chicas nuevas a la sala, que son más jóvenes y que tienen más ganas que tu, que vienen de un mundo completamente diferente donde la música suena hasta cuando entras en una librería. Estas chicas ya están acostumbradas a bailar con tacones y dejar que sus pies aguanten toda la noche, o bailar pegadas con otros chicos sin que se ruboricen. Luego entran en clase y claro, tu las ves que ellas llegan a los pies y que aguantan perfectamente el equilibrio, pero tu lo has ido perdiendo por el paso y el peso de los años. Te miras al espejo y estás cansada o desanimada, y ellas a cada canción le ponen la sonrisa más grande del mundo, y el problema realmente eres tu. 
Bueno, esto ya va por mi:
Lydia, estás cansada y a punto de echar todos tus pasos por la borda. Piensas que no tiene sentido seguir bailando si cada día te pesan más las piernas, los brazos, los ojos... si cada chica que entra nueva te mira con cara de: -Esta se tiene que retirar-. Retirar (já), en su momento tuviste la oportunidad y decidiste quedarte, pero hoy te has dado cuenta de que cuando es el momento de descansar, no puedes hacer otra cosa que tirarte al suelo y dejar que pasen los minutos, aunque realmente lo que quieres es que no pasen, que no llegue el momento de volver a empezar ese baile.
Ese baile... que piensas que te lo sabes pero cuantas más veces lo repites peor te sale y más tienes que mirar a los lados. Realmente no te sostienes, no sabes poner la cara de esfuerzo y de felicidad, ya no sabes fingir (aunque nunca lo has hecho).
Sales de clase y lo primero que quieres es llegar a casa y ducharte y tumbarte al sofá. Luego estás dos minutos bajo una manta e intentas repasar el baile en tu mente, pero no puedes, y no puedes. Ay, sientes que cada vez te haces más mayor, pero ¿qué le vas a hacer? No vas a abandonar, no vas a dejar todos estos años por una mala racha o porque entren niñas nuevas y te miren con cara de pena. Bff, realmente sabes que te pesan a ti más los músculos que a ellas, que te cuesta sostenerte porque no solo llevas ese peso encima, sino también tu peso interior, ese que ni se ve, ni se pesa, ni se mide, solo se siente y realmente es el que más pesa. 
"Bailarina triste que no tiene alas,
camina aunque tus pies quieran volar,
y aunque sientas que no puedes más,
siente la música al bailar."
Triste, pero realmente es cierto y necesario. Siempre me acordaré de que aquello que se necesita para bailar como quieres, es sentirlo todo, aunque sea frío, aunque sea cálido y aunque no sea nada. El problema de sentir algo que te está quemando, es que te acabas quemando tu también y acaba siendo una danza en llamas. El problema de sentir que algo te está congelando, es que congelas a todo aquél que te está mirando.
"Cuando sonríes la gente se queda sin aire, pero cuanto estás seria eres la que crea el aire".
Y ahora... ¿me concedes este (insostenible) baile?



sábado, 12 de diciembre de 2015

Caos.

Estos días solo soy capaz de ver la palabra caos cuando me miro al espejo. Creo que yo solita he creado este bucle, yo sola he hecho que esa palabra signifique más que yo misma.
Aunque sea todo cuestión de orden, estoy llegando a las últimas semanas del semestre como primer año en Periodismo y lo peor es que se me ha pasado demasiado rápido, no he podido controlar todas las emociones que me traía, ni he sabido controlar todos los trabajos que me han pedido y que me están pidiendo. Hacía mucho que no escribía, hacía mucho que no dejaba que las letras me siguieran la corriente, no es solo por falta de tiempo, sino que también es porque últimamente no sé qué escribir y eso me está volviendo más loca. 
Hace un tiempo me dejaba guiar por las opiniones de otras personas, ahora soy yo la que se está jugando la vida en un precipicio, eligiendo, si, no, y si, y si no... Ahora soy yo la que tiene que tomar decisiones y empezar a creer en sí misma. Hay muchas canciones que ahora llevan mi nombre, muchas historias, muchos libros, muchas letras... incluso aquello que destruyo. No sé, es posible que todo el mundo se espere algo muy grande de mi, pero no soy de hacer cosas grandes, las hago a mi medida exacta y pueden impactar o no. No soy quien la gente piensa que soy, ni he salvado a nadie la vida, ni he venido a curar heridas, joder, si ni sé yo misma curarme las heridas... 
"Quiérete" esa palabra me va a seguir toda mi vida, quiérete... "Lydia deberías quererte, porque si tu no te quieres, ¿cómo te van a querer?" Y, ¿tanto se nota que no me quiero? Quiero decir, estoy intentando salvar a una chica que vive dentro de mi, pero hasta que no la salve y vea exactamente cómo es, no la voy a poder querer. Es completamente absurdo que siga con la idea de querer librarme de algo que aún no conozco. 
Creo que las personas nunca llegamos a conocernos, ni entre otras ni a nosotras mismas, siempre habrá algo que nos sacará de quicio y será algo que hayamos hecho nosotras mismas. Siempre llegará un momento que nos sorprenderemos, algún momento donde nos dejaremos llevar y luego ya empezarán las preguntas en la cabeza de "¿Por qué?". Bonita pregunta sin respuestas claras. Respuestas claras, respuestas claras... No sé ni si la mayoría de las respuestas que tengo son respuestas o solo unas invocaciones más a preguntas más complicadas. No sé ni si soy buena dándome respuestas o si es bueno que me haga preguntas, así que no sé darme respuestas, ni respuestas claras, y tampoco sé darme preguntas.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Hablemos de danza.


Hoy, he decidido hablar de mi gran afición, de mi gran salvación.
No recuerdo exactamente a qué años empecé a bailar, ni tampoco recuerdo en qué momento decidí que esto era lo único que podía hacerme sentir realmente bien. Digamos que a los cuatro años empecé con Ballet, una asignatura que siempre tendré pendiente, puesto que ya no he vuelto a bailar. Luego hice gimnasia artística, no tengo muchos recuerdos de ella, salvo alguna que otra vez encima de una barra intentando equilibrarme. Ahora que lo pienso, cada vez que me subía a esa barra a un metro del suelo (en ese momento era más alto que yo), no quería bajarme, no quería sentir otra vez el suelo, ahí estaba segura, controlaba yo mis pasos y nadie ni nada era un obstáculo para mi. Menuda metáfora de vida una barra de madera donde cada paso contaba. Dentro de la gimnasia, probé el trampolín, recuerdo que era una de mis actividades favoritas, y por eso cada vez que iba a la feria entraba a las colchonetas y empezaba a hacer volteretas al aire como si el mundo se acabara o como si la gravedad no existiera para mi. Siendo pequeña he tenido muchísima imaginación, y pienso que por eso a estas alturas a todas las cosas y a todas las personas les encuentro otro sentido en esta vida, por eso creo una realidad paralela a la que llevo encima, por eso intento huir de lo corriente.
A los cinco años, o seis, entré en el gimnasio donde determinaría mi vida. No sé porqué es el único lugar que puedo llegar a recordar el primer día que entré en esa sala, en ese sitio donde a día de hoy sigue siendo el único lugar donde podía ser yo. Durante esos años me he dedicado a bailar todo lo que nos proponía la profesora, siempre encontraba un baile que iba a ser mi favorito, y algunos que los odiaba pero que no tenía otra opción que bailarlos. Siempre lo he dado todo en esos bailes, siempre estoy enseñando lo mejor de mi, y pienso que al final se refleja. 
Más adelante lancé una de las balas más importantes de mi vida, y fue a darle al objetivo, a la danza del vientre. Creo que desde que bailo danza oriental, sé exactamente quien soy, sé qué partes de mi cuerpo bailan conmigo, cuales me sorprenden, y cuales bailan sin mi. Sé que la magia existe cuando dejas que vuele un pequeño velo con la ayuda de tus brazos. Sé que tengo el control sobre mi y eso me encanta. El momento más mágico para mi es cuando saco las alas, cuando ellas me hacen sentir como un ave que vuela pero sin dejar de tener los pies en el suelo. Como si tuviera super poderes y entre ellos uno es la libertad. Luego llega el momento de salir al escenario, es una sensación bastante extraña, puesto que se mezclan meses de ensayo y esfuerzo, ganas, nervios, lloros, felicidad... Es uno de los momentos más fascinantes de la danza y es una de las sensaciones que no he llegado a alcanzar nunca. Creo que volver a bailar ha significado una vuelta a mi yo anterior bastante importante, es como si hubiera vuelto a aparecer, como si hubiera estado un tiempo perdida y ahora me estoy encontrando, poco a poco. 
No sé, realmente pienso que una vez empiezas a encontrarte ya no hay forma de volver a perderte, o sí, pero no quiero descubrirlo. Igual nunca me he encontrado y pienso que sí, igual tengo una imagen equivocada sobre mis gustos y aparece algo que me haga sentir mucho mejor que la danza, o igual, mi vida está hecha para que la música guíe mis pasos y para que yo guíe a mi cuerpo.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Noviembre en estado de:

El café por las mañanas se ha convertido en mi salvación. Creo que he cambiado, o que todo está cambiando. Ya no me importa levantarme pronto para ir a clase, porque sé que ,aunque sea un día bastante pesado, me va a gustar estar encerrada en clase más de cuatro horas, porque es algo que realmente estoy empezando a querer, ser periodista. Mi grupo de clase ya no solo habla de exámenes y de ejercicios o trabajos que hacer como el del año pasado, este nuevo grupo ya está practicando ser periodista informando de todo lo que pasa en el mundo, y opinando sobre cómo transmiten esas noticias o porqué no las transmiten. Mis amigos están siendo más amigos que nunca, ahora ya quedamos todos los fines de semana, hablamos sobre nuestras vidas, nos bebemos un par de cervezas y cuando van a cerrar nuestro discurso nos vamos cada uno a su casa con una sonrisa en la cara. Ahora podemos hablar de lo que sea, pues todos hemos cambiado y ya no somos tan inmaduros como hace unos años. Los domingos para mi ya no son solo de películas y mantas, ahora busco noticias en los diarios, miro alguna serie en inglés, leo ese libro que tiene más de 400 páginas en mi mesita, esa revista que me la traen cada mes, y si tengo tiempo, aprendo a dibujar mandalas para colgar en mi habitación.
Las cosas están cambiando, ahora quiero aprender a hacer surf, a patinar sin miedo, a bailar sin vergüenza y a controlar la risa. Ahora tengo el diario que nunca he tenido, donde él sabe más todo lo que me pasa que yo misma. Ahora no me da vergüenza salir a la calle "arreglada" para ir con amigas a tomar conversaciones entre tazas de té. Ahora estoy empezando a querer verme en el espejo con ese vestido que hace un par de años lo habría encerrado en un baúl y hubiera dejado que se hiciera mayor ahí mismo. Es posible que la poesía ahora esté más presente en mi vida que nunca, puesto que ya no solo la leo, ahora la escucho y ella me escucha a mi, nos contestamos mutuamente y cuando llega al final, se despide de mi.  Ahora intento llevar mi vida en una línea que no se pare al "otra cosa mariposa", quiero tener el control sobre ella, porque siempre ha llevado ella el control sobre mi. No sé, es posible que ahora pueda controlarme más y pensar antes de actuar, es posible que ahora esté más pendiente de mi agenda y no dejo las cosas para el final tanto como antes, que eso no quiere decir que haga todo a tiempo, porque no es así.
En resumidas cuentas, me he dado cuenta de que realmente no me he equivocado de carrera, puesto que la creatividad se juega al 100%, que tengo unos compañeros de clase que sé que en un futuro serán grandes periodistas, que ahora ya no dependo de nada, ni de nadie, que me preocupo por todo el mundo al igual que me preocupo por mi. Ya no me quedo quieta mirando la televisión, no tengo tiempo para eso. Ahora ya no me visto solo con ropa de armario, sino que también utilizo un poco de valentía, valor y felicidad, esas tres cosas que tenía escondidas en un cajón.

domingo, 1 de noviembre de 2015

La hora del té.

Se nos ha ido la hora de tomar el té invisible con las tazas de plástico y de las comidas sin grasas. Se nos ha ido la infancia sin darnos cuenta, ahora ya no vamos al País de las Maravillas a buscar nuestras muñecas favoritas y a inventarnos mil cosas sobre ellas. Ahora ya no invadimos el pasillo con las Polly's y tampoco con los barriguitas. Creo que el conejo que llevaba el tiempo de Alicia en sus manos, se ha llevado el nuestro también. Ahora la habitación de los juegos es una más de la casa, ahora nuestras muñecas están guardadas en el trastero, o alguna niña estará re-bautizando alguna de nuestras muñecas para disfrutarla como lo hicimos nosotras. Ya no nos metemos dentro de una casita y nos imaginamos que esa casa es nuestra. Ya no sacamos el carrito con nuestros "bebés" y vamos por la calle imitando a mamá como cuando nos llevaba a nosotras. Ahora todo es distinto, Carmen.
Ahora ya no coincidimos en el desayuno como antes lo hacíamos. No nos peleamos por levantarnos antes, es más, ahora no nos queremos levantar de la cama. Antes nuestro mundo era esa pequeña habitación de la casa, que para nosotras era un mundo, ahora, nuestro mundo está fuera de casa. Ya no controlamos la hora del té, ni nos hacemos las merendolas con el Sombrerero Loco. La reina de corazones ya no quiere nuestra cabeza, pues ahora ya no tiene la imaginación ni la magia que tenia, ahora ya no sabe montar historias con tres muñecas, ni sabe imaginarse que una cocina de plástico podía alcanzar a la realidad. Ahora ya no le damos a probar a mamá esa tarta que ha estado en el horno un minuto y medio mientras sonaba una canción de las Bratz.
Hemos crecido, ya no dependemos de nadie, ya no dependemos de nosotras. Antes estábamos dispuestas a irnos los domingos al parque, a separar espacios entre los columpios imaginando que cada uno de ellos era una casa de las dos. Ahora no nos queda nada de eso, y lo sé, porque el otro día me encontré perdida en nuestro baúl, la última muñeca que nos dieron por navidades. Y lo se, porque esa muñeca no me decía "es hora de comer" o "tengo sueño mamá". Antes teníamos esa capacidad de imaginarnos que las muñecas nos podían hablar, que ellas eran las hijas que querríamos tener en un futuro. Antes nos levantábamos a media noche corriendo para ir a taparlas por si acaso pasan frío, incluso entrábamos las cunas a nuestra habitación y las poníamos al lado de nuestra cama, por si acaso. Creo que esa era nuestra única protección y salvación.
Ahora ya no necesitamos salvarnos.
Lo único que colocamos al lado de nuestras camas son los apuntes del examen de mañana. Lo que nos despierta por la noche a las tantas somos alguna de nosotras volviendo de fiesta. Aquellas niñas que jugaban con las muñecas, que mamá les reñía por dejarlas siempre por los pasillos, que se levantaban rápido para darle un beso a mamá y tomarnos el desayuno juntas, aquellas niñas que se vestían igual, que tenían miedo a la noche y sueños por hora, han dejado de ser niñas.
¿Sabes por qué me recuerda a Alicia en el País de las Maravillas? Porque justamente en esa habitación estaban todas nuestras maravillas, todas nuestras tazas de té, nuestra reina de corazones, nuestro Sombrerero Loco, nuestro Gato de media sonrisa... Ahora, hemos colgado el vestido de Alicia en ese viejo armario, y nos hemos ido a por otro cuento, aunque sé que algún día volveremos al País de las Maravillas.

domingo, 18 de octubre de 2015

tardes de otoño:

¿Quien me despertará todas las mañanas?
se me escama la piel por este invierno
y ya no hay café que soporte el ritmo de mis pestañas.

Las mantas han dejado de lado mis sentimientos;
me tapan solo cuando sienten que tengo miedo,
me abrazan cuando duermo sola,
y me atrapan cuando me despierto.

Tal vez debería irme a algún bar
o mirarme en algún escaparate,
o escribir cuando no encuentro mi lugar,
o buscar algún motivo para escaparme.

Escaparme,
qué palabra tan extraña,
se resvala por mi boca 
y así soy incapaz irme,
de mi.






sábado, 10 de octubre de 2015

Hace dos años

Otra noche que escribo para lo mismo, otra noche que pienso que si no escribo, no podré dormir.
Hace aproximadamente dos años que ya no formas parte de este hogar, para mi, ya no formas parte de mi familia. Hace aproximadamente dos años, tuve que dejar la famosa "edad del pavo" para afrontarme a algo más fuerte, algo que ni yo sabía que sería capaz de soportar durante tanto tiempo. Resulta que nunca has sabido como cuidarnos, lo único que se te ha dado bien durante este tiempo, ha sido fastidiarla cuando las cosas nos van mejor que nunca. Nunca te has preocupado por mi, ni por como me van las notas, ni las clases, ni el baile, ni la escritura. Nunca has sabido que he ganado premios de poesía sin tu ayuda, ni que me he presentado a pruebas de baile, y eso nunca lo has sabido porque nunca te ha interesado. El trayecto de estudiar, pasar tardes ensayando, noches escribiendo y días pensando en qué podía mejorar, tu nunca lo has visto. Siempre estabas fuera de casa, y no trabajando, sino derrochando el dinero que mi madre tenía para tomarte tus copas tan tranquilo, mientras ella luchaba para llegar a fin de mes y para darnos algo de comer. Lo único que te importaba eran los resultados finales, pero no querías venir a verme el día de mi graduación porque era la Eurocopa, no querías venir a verme bailar el día de mis actuaciones porque siempre estaba jugando algún equipo que te gustaba o porque tenías una partida de cartas.  Los domingos de pasarlos en familia los pasaba con mi madre y mi hermana en casa, porque no nos podíamos permitir irnos a tomar algo juntas mientras tu estabas en ese sucio bar, y como odio ahora los bares, y como odio ahora el futbol, las cartas y todo lo que me recuerda a ti.
Ahora mismo vuelvo a tener la misma sensación de adrenalina, de nervios y de rabia que hacía tiempo que no sentía. Ahora mismo vuelvo a tenerte odio y hacía mucho tiempo que no lo tenía. Ahora vuelvo a dedicarte unas palabras que sé que no vas a leer, mientras estás criticando la vida de mi madre, mientras vuelves a estar sentado con una copa de JB, mientras ella intenta dormir y mientras yo intento tranquilizarme. Odio que siempre vuelvas cuando menos quiero que lo hagas, porque me gustaría que vieras ahora mismo en lo que me he convertido, en una persona que ya no necesita un padre, que lo que necesita es una madre y la tiene. En una persona capaz de valerse por sí misma, que ahora es más fuerte que hace dos años, pues, en ese tiempo, no habría tenido el valor de enfrentarme a ti, pero ahora, ahora estoy echando atrás todos mis miedos, porque tu, ya no eres uno de ellos.

Cambio de historia

La reina Grimhilde tiene una historia que nunca ha salido a la luz.
Cuando ella era pequeña, formaba parte de una familia algo descompuesta, su madre quería ser la reina del mundo, y tenía poderes oscuros debajo de sus manos, su padre solo quería ser el rey del mundo de Grimhilde. Lo bueno, es que uno de los dos lo consiguieron, el padre de Grimhilde acabó siendo su pilar, la única persona que la entendía, la única persona que la quería, y le regaló un manzano con las manzanas más rojas del mundo entero. Su madre, bueno, su madre le quitaba todos los sueños de su mente, se los eliminaba con un solo hechizo, le prohibía ser libre y enamorarse de quien quisiera, aunque ella, calló en las manos del amor, y se enamoró de su criado. Ella ya sabía que a su madre no le iba a hacer gracia, así que mantenían en secreto su amor y mantenían en vivo sus planes de escapada. Un día, decidió escaparse con él a cualquier sitio lejos de su madre, así que cogió sus cosas, le dio un beso a su padre y se fue. Pero cuando ambos estaban en el manzano cogiendo manzanas para el camino, una pequeña niña, con el pelo negro como la noche, la piel blanca como la nieve y los labios rojos como la sangre, reclamaba ayuda subida en un rebelde corcel, que había perdido el control, así que Grimhilde fue a ayudarla. Al llevarla a casa, resultó que era la hija del rey de un reino lejano, y el rey, agradecido por salvarle la vida a su hija, le propuso matrimonio a Grimhilde y antes de que ella pudiera decir algo, su madre llegó y respondió por ella: "-sí quiere".
Grimhilde salió corriendo en busca de su amado, y cuando llegó al manzano le pidió que se escaparan en cuanto antes de allí. Él le regaló un pequeño anillo que pertenecía a su madre y se besaron bajo las sombras del manzano mientras ambos se proclamaban prometidos, para siempre.
Pero en ese momento, apareció Blancanieves, y  tras ver a su futura madrastra besar a otro hombre que no era su padre, echó a correr llorando para contárselo a su padre, pero Grimhilde la alcanzó y le rogó que guardara su secreto a cambio de que ella le contaría qué es el amor verdadero. La pequeña aceptó, y escuchó atentamente todas las palabras que le decía Grimhilde. Dos días antes de la boda, la madre de Grimhilde se puso a hablar con la pequeña Blancanieves, y empezaron a hablar de felicidad, la madre de Grimhilde le dijo a Blancanieves que ella haría cualquier cosa por hacer feliz a su hija, y Blancanieves le propuso a la madre que no se casara con su padre. Como la reina no entendía nada, Blancanieves empezó a hablar de amor, sin nombrar lo que vio, pero la madre de Grimhilde sabía que la pequeña estaba guardando algo, así que le dijo a la pequeña que no se preocupara, que ese secreto suyo no iba a ser desvelado por nadie si se lo contaba a ella, así que la pequeña se lo contó bajo los engaños de la madre de Grimhilde.
Grimhilde y su amado estaban dispuestos a salir de los establos para irse lejos de ese reino, pero la madre de Grimhilde los alcanzó y mientras le prometía a su hija que iba a ser feliz, le arrancó el corazón a su amado y lo convirtió en arena. Grimhilde no pudo parar de llorar y de maldecir a su madre, hasta el día siguiente.
El día siguiente, mientras se probaba el vestido, apareció Blancanieves y le dijo: "-¡Estás preciosa, tu amado va a estar muy contento de verte tan radiante!-" Unas pequeñas lágrimas corrieron las mejillas de Grimhilde, pero se giró a la niña y le dijo que su amado había escapado, y que iba a casarse con su padre. Entonces la pequeña le dijo que pensaba que ese amor era verdadero, y que su madre había entendido el porqué ella quería estar con su amado. La reina dio media vuelta con cara de susto, se secó las lagrimas, entendió que Blancanieves había roto su promesa y que por su culpa, para ella ya no existía el amor porque su madre se lo había arrebatado. Esa pequeña niña con cara de buena, había matado a la única escapatoria que tenía ella, a la única felicidad que había tocado alguna vez en su vida, así que le dijo que el amor verdadero no existe. La pequeña se fue algo confusa y triste hacia su habitación, y la madre de Grimhilde la felicitó por su comportamiento y le pasó sus poderes.
Al día siguiente Grimhilde se casó con el padre de Blancanieves y a los años, cuando Blancanieves se hizo más grande, lo mató. Por eso la malvada reina no tiene corazón ni amor por Blancanieves, por eso quiere que ella no sea nunca más feliz, por eso quería su corazón y por eso es la mala de la película.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Impresiones;

Suena la alarma del móvil, que anuncia un nuevo día, y que cierra los sueños que he tenido esta noche. A veces, lo agradezco, pero otras, odio que me dejen a medias de una creación de mi pensamiento. Es igual que cuando tengo algo buenísimo para escribir y no puedo hacerlo en el momento, lo peor que me puede pasar, es que se me olvide o que cuando vaya a escribirlo, no quede igual de bonito que como era al principio. Creo que por eso siempre me quedo con las primeras impresiones, y ,aunque yo nunca he intentado cambiar mi primera impresión, me suelen decepcionar personas antes de conocerlas. Es gracioso, siempre que tengo una idea clara suele cambiarse con el tiempo, o siempre que sé qué hacer en una ocasión acabo rogando otras opciones. Lo peor es que siempre me equivoco, bueno, con frecuencia lo hago, y en realidad es culpa mía porque nunca he intentado cambiarlo, y nunca he podido hacerlo de verdad. Utilizo demasiado las consecuencias como excusa antes de lanzarme a la piscina, o como salvavidas, quien sabe.
Siempre acabo hablando de mi, y esta entrada venía por un tema que he leído hoy en una de mis revistas preferidas, aunque bueno, casi que prefiero seguir hablando de mi.
Me suelo dejar las cosas siempre para el final, por ejemplo, escribir, aunque por el día se me ocurren buenas ideas por la noche escribo lo que realmente siento, y puede acabar siendo una buena entrada o una sin sentido que nunca publico. Por ejemplo, hace dos noches acabé cogiendo una antigua libreta que tenía para escribir poesía, y me salió un poema que me encantaría detallarlo más, pero no sé. Siempre he tenido dudas sobre mis trabajos, de hecho, en periodismo no paran de mandarme trabajo para casa, pero nunca he salido de voluntaria a corregirlo por miedo a que esté mal. Al descubrir la poesía cambié mi modo de escribir, de expresarme, de pensar... se puede decir que maduré sentimentalmente, racionalmente, emocionalmente... y es posible que a primera vista parezca seria, pero siempre he odiado serlo (menos en casos que requieren seriedad).
Bueno, ahora que viene el invierno creo que mi creatividad va a volar por los aires y escribiré más a menudo, o bueno, eso quiero pensar, porque voy a pasar muchas tardes leyendo periódicos, novelas, poesía y páginas web debajo de las mantas y sobre la influencia de un buen café.

martes, 22 de septiembre de 2015

Las cosas que no pude responder;

¿Por qué aún sientes dentro de tu pecho todos los latidos de mi cuerpo?
¿Por qué no dejo de sentir que todavía formas parte de mi piel?
¿Por qué decides que te quieres volver loca cuando yo me he vuelto cuerdo?
¿Por qué intentamos avanzar mirando de reojo lo que pudo ser?
¿Por qué las cosas que arreglamos al besarnos las rompemoss con palabras?
¿Por qué siempre que digo adiós el corazón me dice; inténtalo otra vez?
¿Por qué parece que sólo nos entendemos con las luces apagadas?
¿Quien diablos sabe calcular bien la distancia que debemos mantener?
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
¿Por qué es tan raro, el amor siempre resiste mucho más de lo que dura?
¿Por qué hay cuestiones en mi piel que solo puede respondérmelas tu piel?
¿Por qué si vuelves a mandarme algún mensaje aún se me rompen las costuras?
¿Por qué hacemos cosas que juramos que no llegaríamos a hacer?
¿Por qué si sientes lo de siempre tus ojos me dicen; ya no me haces falta?
¿Por qué si siento lo de siempre no me atrevo a decirte; quédate?
¿Por qué será que la felicidad ya nunca nos devuelve la llamada?
Creo que llamaré a esta canción las cosas que no pude responder.
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
El corazón, es un alumno limitado que nunca aprende,
el corazón, siempre la misma asignatura para Septiembre.
El corazón, que sale a caminar con los cordones desatados.
El corazón, será los restos de un tal vez que no ha cicatrizado.
El corazón, parece ser que esta empeñado en que lleguemos tarde.
El corazón, que ya se ha acostumbrado a caminar sobre el alambre.
MARWAN.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Cambios abusivos.

Es un día nuevo en su nueva vida, bueno, en realidad no ha cambiado nada, se sigue despertando despeinada odiando y a la vez adorando la alarma de su móvil que marca 40 minutos antes de lo habitual, para que tenga tiempo de decirse unas cuantas tontería frente al espejo. Se viste mientras observa como su ropa va cubriendo su cuerpo y se lava la cara al menos tres veces para borrar un poco las ojeras de su rostro. No se peina el pelo, pues despeinado le queda mejor, y sale en busca de su hora preferida; la hora del café. Un minuto en el microondas es suficiente para que su café esté lo bastante caliente como para poderle quitar el frío del cuerpo. Deja la taza de café en la mesa y se sienta adelantando en su mente una lista de tareas que debe hacer hoy, mientras poco a poco va vaciando la caja de cereales sobre su taza y dejando que absorban café hasta que esté en su punto. Así que cuando se acaba el momento del café, vuelve al baño para arreglar un poco las greñas que le cuelgan de cada lado de la oreja. Coge sus cosas, y se marcha dejando la cama por arreglar, y sus dudas en un cajón donde hace meses que ni abre. Y mientras escucha que varias paredes de las calles cantan ''No fue suficiente pero nunca me quejé''  y así es cuando llega al coche que le lleva a las próximas 6 horas de teoría o de práctica de su nueva carrera. Conoce gente que va a ser amigos con quien va a compartir alegrías, estrés, vida, muerte y resurrección y mucha mucha mucha fiesta, y vuelve a lo mismo, a sacar hojas, escribir, inspirarse y volver a casa. Al volver, aunque se muera de ganas por abrazar su cama y dormir, quiere hacer cosas nuevas como volver a escribir en su blog, irse a bailar, a hacer deporte, a aprender inglés, mirar alguna serie.. en fin, miles de cosas que no puede porque hay cosas más importantes, aunque siempre saca tiempo para hacer algo que le cause más gusto que quedarse haciendo trabajos en su casa. Los peor es cuando llega la hora de encontrarse a ella misma y ver que las cosas están cambiando, y con ellas, las personas, los recuerdos, los olvidos...
Todo se va, y ella va creciendo y cambiando hasta que se encuentra con su niña interior. Joder, acaba de empezar la universidad y ya no es la misma, ya se siente en otro nivel, piensa distinto y se bebe el café mirando de reojo la ventana de la cocina, calculando las horas de sueño que le quedan al día, y las horas de vida que le quedan a la noche.

viernes, 28 de agosto de 2015

Hay lugares que deben ser recordados:

Incluso aquellos que aún no he visitado. Y me preguntaréis ¿Y como deben ser recordados si aún no los has visto? Pues la respuesta es clara, porque he planificado esos lugares con personas que hoy ya no están o que siguen haciendo la hucha para escapar a ese sitio. Madrid, por ejemplo, fue el primer viaje más impresionante de mi vida. Tengo que volver, eso está claro, pero ahora soy más mayor y seguramente lo primero que haga al entrar en Madrid será buscar algún sitio con encanto que tenga poetas a su disposición, que hagan recitales clandestinos y que los ''barmens'' pregunten: ¿Que hace una chica como tu en un sitio como este?. San Sebastián, un viaje planificado y sin hacer. Pensamos en irnos unas amigas y yo hasta allí para pasar una semana encantadora después de acabar selectividad, pero no lo conseguimos, aunque sigo pensando que un día, y espero que no muy lejano, logremos ir a perdernos por esas calles infinitas y por esas playas oceánicas. Paris, fue la primera vez que salí de España. Era bastante niña pero me acuerdo de los momentos más impresionantes que viví allí; como la primera vez que vi a Minnie Mouse esperando en la puerta del hotel a saludar a todos los huéspedes. O esa vez que comí en un restaurante donde se paseaba la Sirenita y las ratitas de la Cenicienta. Si, sigo siendo bastante niña en el mundo de princesas, y la Sirenita sigue siendo mi princesa favorita, aunque ahora se hayan unido Elsa, Rapunzel y Brave. Pero el día que más recuerdo, fue el que nos dirigimos a visitar Paris, la eterna torre hecha de metal y las cafeterías que habían lejos del centro en pequeñas calles de París, donde había en las farolas pequeñas flores que las rodeaban antes de que empezara el foco de luz. Ese día descubrí, que un objetivo de mi vida es aprender francés para lograr ir a vivir a alguna de esas calles tan antiguas y encantadoras. Luego a Tenerife, que fue el viaje de fin de curso, pero aún así, tengo que volver a disfrutar un poco más de esas playas volcánicas, ya que las disfruté bastante poco. Verona, el viaje más grande que quiero hacer, no me recuerda a nadie, de hecho nunca he coincidido con nadie que quiera ir, todos piensan que es una ciudad bastante cursi por la historia de Romeo y Julieta, pero después de ver la película de ''Cartas a Julieta'' y de leerme a Shakespeare, quiero sentirme como una Julieta más, sin buscar a ningún Romeo y escribir sobre esas calles, visitar el balcón de Julieta, por muy artificial que sea, y tomarme todo el tiempo del mundo para disfrutar de esas calles pequeñas de Verona.  Y ya que estamos en Italia, visitar Venecia y Roma, y poder vivir algo de los antiguos romanos, por muy en ruinas que esté. Y ya que hablo de romanos, Grecia, mis queridos griegos, después de estar dos años leyendo y estudiando las batallas que vivieron todos ellos, la gran guerra del Peloponeso, las Médicas, la batalla de Maratón... pero Grecia si que será un viaje enorme, un crucero por todas las islas, aunque posiblemente me quede en aquellas donde se grabó Mamma mía, como la isla Skópelosla playa Glystery... bueno, dejo de nombrar a Grecia.  Otro lugar, y ya es el último que nombro, es Sydney, no sé porqué pero siempre he querido visitarlo, ver esas playas y si es posible surfear en ellas. En cada una de estos viajes que me quedan por hacer, pienso llevarme una cámara y miles de libretas para escribir los encantos y las emociones de esos pequeños lugares, que sin duda, dejarán una gran huella marcada en mí y que seguramente me hará crecer como persona. 

miércoles, 19 de agosto de 2015

En rima y verso

Esta noche,
soy,
en rima y verso
el techo de tu cama,
el cristal de tus ojos,
y el mar de tu espalda.
Soy guitarra,
soy estrella
y luna.
Pero no,
no me digas buenas noches,
pues en rima te contesto, 
que en versos hoy te escribo,
que en noches como hoy,
te miro.
quien
fuera
agua
para
caer
sobre
ti. 
Quien me diría a mi,
que yo,
que sufro claustrofobia,
quiero mudarme en tus entrañas.
Y necesito,
inevitablemente,
ser una vez más 
serpiente por tu anatomía
interior. 
Que me fío de los exteriores
porque hoy son conmigo
pero odio ser yo (exterior)
odio ser ruido
odio ser calma.

domingo, 16 de agosto de 2015

A medias

No sé mantener mis ruinas en su perfecta destrucción. Puede ser que sea un problema de construcción de mi interior, que quiere crear muros para mantenerme más protegida. No sé dejar de crear planes que sé que no van a funcionar, porque mi imaginación va más allá de todas mis posibilidades.  Crear barcos de papel que no van a ninguna parte no tiene tanto sentido como lanzar botellas de cristal al mar que contienen (y recorren) continentes de palabras y un mundo de sentimientos. Aunque sé que acabarán en el mismo sitio que las envié, aunque sé que si llegaran más allá no las iban a entender.  Odio dejar conversaciones a medias, odio que se hagan promesas a medias, porque solo se cumple la parte de decirla, no de hacerla,  por eso "res, non verba". Odio conocer bailes a medias y medios bailarines que no saben bailar sin pareja. Sé que últimamente pronuncio mucho el baile y lo comparo con mi forma de ver la vida, y es porque el baile ha vuelto a mi vida y nunca tengo palabras ni espacio suficiente para describir todo aquello que me hace sentir. Cuando me miro al espejo mareando mi pelo y mis dudas me siento tan inmensa que el universo a mi lado es como una almohada donde asentar mis males, y que esperen, este baile tiene fin, y yo pienso buscarlo.

viernes, 7 de agosto de 2015

Baile sucio

"No permitiré que nadie te arrincone". Es extraño, pero tras pronunciar Johnny esas palabras, ella empezó a sentirse arrinconada. -¿Que quería decir?¿Quien me iba a arrinconar?- se preguntaba mientras entraba en su pequeño espacio personal. Cada vez que se ponía su ropa de baile y entraba sola en esa tremenda sala de baile, con el suelo de madera y los espejos de cristal, sentía que un pequeño rascacielos se asomaba por la ventana. Empezó a bailar "Halo" mientras apareció Johnny (como de costumbre) por la puerta, esta vez no iba a quedarse a mirarla, esta vez iba a participar con ella, esta vez quería sentirla. ¿Quien diría que bailarían 'Dirty dancing' a la perfección en menos de dos horas? Los dos son grandes bailarines, pero ninguno lo sabe. Lo peor, es que los dos se arrinconan en superficies tan distintas que no son capaces de verlas, no son capaces de huir. HUIR qué bonita palabra. Para ambos, huir ha sido ese baile, esa canción, esos espejos, cómplices de cada paso, de cada mirada. ¿El suelo? Bueno, podríamos decir que se ha acabado rompiendo cuando estaban a centímetros el uno del otro. Tres pasos hacia adelante, giro, caderas, brazos, piernas, manos... Y lo más importante que requiere el baile, sentimientos. Ay, si Johnny hubiera sabido en qué momento han empezado a ser uno, habría dado al botón de "repetir" de su cassette. Pero ese baile, como la película de Dirty dancing, tuvo un final. Y, aunque, a día de hoy ella sigue poniendo todo su empeño por volver a ser su Baby, Johnny ha decidido que el mejor baile, es el que nunca acaba, así que mejor dejar que lo único que los vuelva a arrinconar, sea "Time of my life"

domingo, 19 de julio de 2015

La rubia platino de lazos en cada lunar.

Ella era una rubia platino, con la piel hecha de porcelana y los ojos vidriosos al nacer proclamando su victoria. Ella se vestía con vestidos de ceda, con lazitos en la cabeza y un poco de vergüenza. Aprendió a andar con los pasos de su madre, a bailar con el valor de la vida y a hablar con el amor de sus faldillas. Ella salía al parque, algún que otro tobogán era su viaje, y cuando estaba en lo más alto, llamaba a su hermana para que subiera con ella a ese lugar que se llama infancia. Creció. Y paso a paso hizo su camino y llegó al sitio que quería estar. Ella soñaba con los cuentos de Disney y con alguna que otra película de Pixar. Quería ser pirata y cruzar los mares en busca de tesoros pero a los 16 se dio cuenta de que el tesoro más valioso lo tenía justo en casa. Y en su cama se vestían todos sus sueños para salir de fiesta por la noche hacia la discoteca de su cabeza. A los 12 empezaron las dudas, y sus dudas acabaron por mudarse en su vida. El control lo perdió cuando empezó a preguntar respuestas de otras preguntas. Así que ahora ella duda, duda de ella, duda de todo, si algo tiene sentido ella ni lo piensa. Quiere escapar y pensar que todo es sencillo, pero es más difícil cada vez que se mira al espejo de su pasillo. Y empezaron problemas, soluciones, risas, lloros, alegrias, amor, desamor, mentiras, verdades, verdades a medias y medias mentiras. Sus vestidos pasaron a pantalones vaqueros y a jerséis de manga corta antes de salir de casa. 15 Empezaron las fiestas y sus sueños se quedaron esperándola a que llegara a las 6 de la mañana. A los 14 descubrió su mundo, la poesia, era su salvavidas, su ruina y su sentido. Era ella, ella era todos los poemas que leía, las canciones de poemas que escuchaba, y los bailes que escribía con sus pies al subir al escenario. Ella era ruina, era calma y construcción, era rubia ceniza cuando empezó a ser mayor. A los 18 se graduó y abandonó sus planes, ella era rubia ceniza de improvisación e improvisando se volvió otra vez rubia platino. Así que ahora a los 18 y medio ha decidido volver a su infancia, a su tobogán y empezar de nuevo ese viaje que le dio al 'start' al primer grito de su vida.

sábado, 18 de julio de 2015

Parte de mi (improvisada) vida

Hace dos años (aproximadamente) empecé con bachillerato sabiendo que cuando llegara el momento de elegir carrera, tendría las mismas dudas y mucho miedo por elegir una y equivocarme. Durante el curso de segundo de bachillerato, he elegido unas doce carreras diferentes, que si Arqueología, Filología Catalana, Filología Inglesa, hispánica, historia... Pero días antes de que me dieran las notas de la selectividad, todas esas carreras volaron y ya no las quería, no sabía cual coger ni qué hacer cuando llegara el momento de hacer la preinscripción, así que pedí consejo y casualmente la mayoría de las personas que me conocían bien, que sabían mis puntos débiles y los mas fuertes, me dijeron que debería escoger Periodismo. Es gracioso, nunca habia pensado en ponerla como opción, no estaba en mis planes, ni en mi: lista de cosas que hacer cuando sea mayor. La verdad es que no me sorprende haber elegido Periodismo, pues siempre recurro a planes que no están previstos, que me voy a la improvisación y oye, si sale bien pues... Ayer tenía miedo de que me dijeran: "Estás dentro de Periodismo" tenía miedo porque eso significaba que definitivamente cerraba una etapa de mi vida, y abría otra mucho mayor, una más definitiva, una que va directa a mi futuro. Significaba que dejaba de ser una "niña" (en cierto modo) y que me iba a transformar en una persona adulta, con obligaciones, responsabilidades... Hoy me siento igual, me siento como una niña loca por la poesía, como una niña que quiere bailar, como una niña que si que tiene obligaciones, pero su vida improvisada está por delante de todos esos planes. Hoy me guío por Diego Ojeda, y haría como él, a mi infancia le digo; "Nunca quiero que te vayas, y no quiero que te vayas nunca". A partir del 21 de Julio, cuando haré la matrícula y mi madre me mirará orgullosa, seré oficialmente universitaria, y también una niña casi adulta, que con el síndrome de Peter Pan, no quiere crecer.

miércoles, 8 de julio de 2015

Nos alimentamos de errores

Lo más temido por el ser humano, por las personas, son los errores. Equivocarse es casi peor que estar en tercero de primaria, pedirle salir a la chica o al chico que te gusta y que te rechace. Equivocarse es peor que tener dolor de muelas y que precisamente ese día te han preparado tu comida favorita. Equivocarse... Y ¿que es eso? Se aprende, ¿no? Por ejemplo, la niña o el niño de tercero ha decidido volver a intentarlo más adelante, quizá cambie de opinión. A quien le haya pasado el dolor de muelas ha aprendido que debe ir más a menudo al dentista y cuidarse más los dientes. Los errores son el mayor maestro del ser humano y sin embargo los más temidos (los errores). Lo peor de conocerlos, es que cuando estás bajo el bucle del error, no razonas ni buscas otras opciones, directamente sigues bajo el error con los ojos tan ciegos que cuando te das cuenta que estás bajo una especie de embrujo, ya es tarde. Pero no lo demasiado. Un error equivale a un año de madurez, bueno, si sabes detenerlo a tiempo. Yo quiero tener miles de errores y equivocarme siempre y cuando encuentre una solución y no me hunda en el intento de ganar (ganar al error). Me encanta, me encanta equivocarme y aprender de ese error, y aunque sea capaz de repetirlo, se que tendré en mis manos las cadenas para retenerlo y domarlo como a mi me plazca.

jueves, 2 de julio de 2015

Ahora si;

Y me estremezco, me vuelvo humana, hoja, viento y poesia ¿quien me diría a mi que llegaría a ser todo siendo yo misma? Seguridad es lo que tengo ahora como apellido y me encanta. Me encanta volver a sentir que puedo devorar libros y que ellos me atrapan. Me encanta convertirme en poesia ante sus ojos y que me lea sin pararse a pensar. Me encanta que llegue la hora de ser viento y sentirme hoja mientras me caigo del árbol hacia otro lugar. Tengo ruinas encima de mi pelo, pero se van cada vez que llega la noche. Tengo cientos de proyectos que ahora mismo se ponen en fila esperando a que abra taquilla, esperando a que los cumpla. Y ahora si, ahora si que tengo ganas de coger un pincel y pintar el patio de mi casa, decorarlo con palabras que me identifiquen. Ahora si que me siento capaz de sacar todas las vergüenzas y todos los miedos y mandarlos por correo hacia dondequiera que lleguen pero sin volver. Ya no los quiero. Ahora ya me siento preparada para poder dormir sola, pues sé y controlo mis sueños. Necesito arte a mi alrededor y pasear entre poetas por esta playa mientras llego a la última boya de esta ciudad. ¿Quien me acompañará? Ahora mismo no lo sé, puede que sea el tiempo o el viento que viene y se gira hacia mi. Puede que sea la suerte o las ganas de verte las que me dicen; -sigue así- y yo que sé. Qué sabré si algún día llego a mi y me supero de la mejor forma que sé. Quiero coger la bandera roja de esta playa y ahogarla, el mar está en calma aunque las olas rebelen su furia, como si estuviera declarando la guerra al cielo por soplar a toda fuerza. Sabe que lo puede vencer.

sábado, 6 de junio de 2015

Modo sonido;

Ella vive en una casa alejada de la ciudad. No tiene grandes riquezas pero lo poco que obtiene lo colecciona, por ejemplo, cuando tenía cuatro años se encontró paseando por la playa con su abuela una concha que dentro estaba llena de arena negra. Es curioso, esa playa era de arena blanca, así que la guardó. Ella tiene un pelo largo, donde guarda todas sus dudas en un moño, cuanto más alto mejor, donde también guarda sus secretos, y aún nadie se ha atrevido a desvelarlos.  Ella mide un metro sesenta, y los jueves sube a un metro setenta, no usa tacones, pero siempre logra volver a casa con el mundo a sus pies. Ella tiene un libro por cada novio que ha tenido, les ha puesto nombre y apellido a cada uno, les ha puesto amor y odio, y entre medias, algún que otro "echar de menos". Ella tiene mil y una canciones con un baile propio, con una ropa distinta y con una sonrisa diferente. Aunque hace ya mucho que no saca sus sombreros, aunque hace ya mucho que ella no sale. Ella odia el tiempo, odia tener que controlarlo, tener que ser el reloj de este mundo mecanicista del que no se ha podido librar. Ella es esclava de todas las películas de domingo por la tarde. Ella es fan de ella, ella es ella y pone a modo sonido todas sus mañanas que empiezan por número par, y a los impares se va en busca de otra ella.

sábado, 16 de mayo de 2015

Una experiencia más.

El día 15 de mayo de este año, hemos acabado una etapa. Es gracioso, el primer día que entramos al instituto ya nos avisaron de que ese día empezábamos primero de la eso pero que cuando nos demos cuenta ya habremos acabado con segundo de bachiller. El primer día de cada curso, el día de la presentación, me despertaba varias veces por la noche de los nervios que tenía, por saber qué profesores me tocaban, y que alumnos y alumnas iban a acompañarme ese año. Todos los años había alguna asignatura que no me gustaba y es gracioso, pues en tercero decidí hacer ciencias pero en cuarto elegí la rama mixta y finalmente en bachillerato acabé haciendo letras puras. Nunca he sabido decidir, y nunca sabré hacerlo. Mi punto debil en todo el tiempo que he estado en el instituto son los nervios y el miedo. El miedo lo perdí en cuarto, cuando me dieron la primera orla y sabía que a partir de ese día iba a sacarme bachillerato, y que no podía tener miedo. Así que los nervios salieron a jugar, y me afectaron durante primero y segundo de bachillerato. En primero me corrían cada vez que tenía un examen que pensaba que no me lo había preparado tanto, aunque finalmente acababa sacándolo. Primero fue un cambio, un cambio brutal pues en la ESO no había tanta presión ni tanto exámenes ni trabajos. Asi que entramos en un mundo tan raro y tan serio que teníamos que poner más de nuestra parte que nunca. Segundo ya ha sido más bestia, más presión, menos tiempo, más exámenes, más pruebas... Todo dirigido a la selectividad, todo por estudiarlo sin darte casi tiempo de aprender. No me quejo, segundo te hace anti-social a la hora de que no puedes salir de fiesta como antes, pero entre la clase hay más relación, pues todos estamos con la misma presión y todos tenemos el mismo miedo. Durante el curso solo quieres acabar y al final cuando no te das cuenta ya estás recogiendo la Orla, haciéndote fotos con los de tu clase y otras y yéndote de fiesta. Esa fiesta, donde ya ni te acuerdas de lo que era salir con tus amigos, relacionarte con otras personas o aguantar unos tacones hasta que se haga de día. Pero yo doy las gracias, a mi madre, por haberme apoyado y no haber dudado nunca de mi, por ser el pilar más importante de mi vida junto con mi hermana, que aunque estos últimos meses yo haya estado más irascible con ella, sé que en el fondo se ha preocupado tanto como ha podido por mi y por mis exámenes. También doy las gracias a esos profesores, que pese no haber tenido a algunos en este curso, han sido muy importantes para mi en su momento. Gracias por enseñarme y hacerme aprender lo importante para el día de mañana, la educación así da gusto. No puedo estar más orgullosa y realizada como me siento ahora. Me gustaría tener un video de toda mi etapa de instituto, pero solo me quedan las fotos y los recuerdos, que no son pocos. Las anécdotas, los viajes, los amigos, las personas, los profesores, las clases y sobre todo,  me queda cerrar esta etapa, y abrir una nueva experiencia más.

sábado, 25 de abril de 2015

Me desarmo

Si te rompes
me desarmo
de lo humano
para a(r)marte
de belleza,
pieza a pieza, 
beso a beso,
abrazo a abrazo,
letra a letra,
y te hago cientos de poesías 
para que entiendas
que si te rompes,
mi amor,
me desarmo,
para reconstruir
con mis manos
los cimientos de tu vida.

miércoles, 22 de abril de 2015

(Pan Duro)

Arrugas que son surcos con retoños tiernos,
livianas como son los fardos de cargar los sueños
que tragan ruedas de molino y se les ven todos los huesos,
que saben que sus años tienen más de cuatro inviernos.

Silencio por el techo, por los platos llenos,
silencio bañado en sudores de los jornaleros,
el sol lo han hecho sus jirones,
que saben lo que vale un beso,
que no quieren llevar los nombres de sus carceleros.

¿Qué saben las tripas de puños cerrados?
Saben que las riegan los amargos tragos,
saben todo y más, de tenerse en pie,
de la soledad,
saben porqué está siempre duro el pan.

Monedas de tan sucias tan desdibujadas,
odioso tintineo en manos encalladas,
y son las patas de sus mulas
si el látigo se llama hambre
las dueñas de caminos que no son de nadie.

Cerrojos al antojo de la poca hondura,
abiertos para dar paso a las herraduras,
que dejan huellas que los guían, para volver a desquitarse,
para no tener que rasgarse más las vestiduras.


Y ahora la pregunta es, ¿por qué escribo esta entrada? muy sencillo, pese a que llevo ansiedad en todo el cuerpo desde que empecé segundo de bachiller, que ahora parece que sea mi sobretodo, y que me cuesta adaptarme aún estando ya en finales, esta canción se puede decir que me ha ido relajando poco a poco los días que necesitaba descanso. Es extraño, pero este año, a parte de descubrir mis límites de estudio, he descubierto música, poesía  y bailes que me han ido alegrando cuando mis ojos no pasaban de exámenes y mi mano derecha sufría el abuso de las letras en ellos. Bueno, eso es todo, pan duro.

viernes, 17 de abril de 2015

Me piden que escriba;

Me piden que me suelte, que explique el porqué ya no me expreso, porqué no me relajo ni bailo. Me piden que hable, que grite, que sienta, que tenga miedo de todo y que disfrute. Me piden que saque tiempo para mi, que me vaya a la montaña o a la playa...
Me piden que escriba, pero no sé de qué escribir.

jueves, 26 de marzo de 2015

Prima-vera


Ahora más que nunca siento la presión del curso en mi cuerpo, ansiedad y ganas de estar tranquila un tiempo. Lo que me queda es nada, y sé que debo hace un último esfuerzo, aunque este va a ser el más grande de todo lo que he vivido. Sé que puedo aunque me lo replantee muchas veces, aunque me fíe más de mis pesadillas que de mi misma, aunque me diga yo sola que no podré. No voy a tirar la toalla aunque tenga ganas cada vez que me dan una nota que (en mi opinión) no me merezco. Primavera, siempre me va a recordar estas palabras a las clases de Latín pues mi profesora lo explicó el día que cambiaron muchas cosas en mi vida. Últimamente estoy en modo ''ñoña'' y parece que no salga de esta situación, de hecho, ayer en mi instituto, como de costumbre, pusieron una canción para señalar el cambio de clase o fin del día, que me llamó mucha la atención y bueno, he acabado siendo fan de ella y ahora no me la puedo quitar de la cabeza. Ay, primavera, esta vez te estas quedando conmigo, aunque quiera escapar de ti.

jueves, 12 de marzo de 2015

Bienvenidos a mi caos.

Lo peor que he podido hacer en toda mi vida, ha sido guardarme todas las cosas que pienso. Ahora mismo mi cabeza es como un síndrome de Diógenes, donde siempre me he guardado todas las cosas y que no sé como sacarlas. Mi caos, mis ruinas, si, puedo decir que son esas. Por otro lado, tengo todo mi cuerpo enfadado conmigo, pues ya no bailo, ya no disfruto de ese placer que me hacía sentir viva. Ya no pongo mi canción favorita y me pongo delante del espejo más grande de mi casa a hacer como si estuviera en un escenario y dejarme llevar. Bueno, otro caos, mi armario, mi armario donde tengo las alas (de danza del vientre), el velo, mis vestidos, mis pañuelos... Ese armario que hace mucho que no lo puedo abrir por miedo a acabar dentro de él, pues cuando me ponía esa ropa y salía a bailar nada me importaba, nada era superior ni inferior que yo. Luego llego a mi habitación, donde están mis libros de poesía y de lectura que siempre me miran con la misma cara de: hoy tampoco me vas a leer ¿verdad?- Y no, mi respuesta siempre es que no, porque no tengo casi tiempo, y no culpo a nadie, la culpa es mía. Mi caos, no solo está dentro de mi cabeza, de mi armario y de mi habitación. Mi caos también está en clase, cuando me explican cosas y me encierro en un mundo superior que se eleva a kilómetros del aula y que no sé a donde llega. Ahora entiendo el porqué mi profesora de griego me llamó hace un año nefelibata. Mi caos también es mi hermana, mi espejo, mis zapatillas, mi pelo, mis pestañas, mi lápiz, mis sentimientos... Madre mía, mis sentimientos, que difíciles de controlar, y que indecisos, que imprevistos, que precisos. Mi caos, es mi libreta de poemas, mi ordenador, mis series, mi música. Mi caos también es mi madre y mi mejor amiga, mi suelo, mi sueño, mi casa, mi yo... Mi caos es todo, menos mío.

lunes, 2 de marzo de 2015

Vuelve a ser mi problema, por favor.

Te conocí como el protagonista de tu libro favorito, que extraño pues hasta tu llevabas el mismo vestido que la chica y te llamas Kat. Y madre mía, cómo no, me perdí en tus curvas, y son el plural porque a cada dos palmos tenías una, y me estrellaba, pero volvía a conducir. Tu sonrisa, el cuello hasta el hombro, tus pechos, tus caderas, tus piernas... No sigo. ¿Donde te has metido ahora? Me han dicho que has perdido todas tus curvas, bueno, que a veces asomas un poco tu sonrisa, pero es para cuando llevas unas copas de más. Me han dicho, que has abandonado la literatura, que has dejado tus estudios, de bailar, de cantar bajo la ducha, de dibujar en el espejo cuando sales de la ducha. Me han contado, que hablabas con las hojas cuando venían en otoño, y que te vestías del color de la nieve cuando recibías cartas del no-amor. Que te tatuaste: ''No quiero ser parte desmontada, pues a piezas no tengo solución''. Y sí, es verdad, no tienes solución, porque a mi me has causado el problema más grande de mi vida. Pues dime, ¿como me olvido ahora de tus zapatos debajo de mi cama? ¿De tus pelos por la mañana? De tus cigarros, de tus bombones, de tus pulseras sobra mi espalda... No sé quien te hizo cambiar tus ojos color chocolate por esos negros, que ya no ven con claridad, que ya no saben quien eres. Lo cierto es que te vi hace dos días, salir de tu habitación con cara de no-felicidad. Con cara de: otra vez...- Y si, era la sexta vez que te pesaban en ese mes. Lo siento, me resulta difícil ahora recordar como andabas con tus tacones, pues ahora solo vas descalza, como cuando entrabas en tu casa y te ibas corriendo de esquina a esquina para que tus pies pudieran ser libres de ese espacio tan reducido que llevaban tus zapatos. Querida Kat, si vuelves, vuelve a ser mi problema, por favor. 

domingo, 1 de marzo de 2015

Mentiras

Odio mentirme, y más aún cuando lo hago para no pensar y pasar noches dando vueltas a la almohada esperando a que me diga que pare. Que pare, que pare... ¿De qué? ¿De mirarme mal, y odiarme por ser? ¿De pensar dar vueltas y vueltas encima de ella? ¿De leer libros y pensar que seré yo una de esas protagonistas? ¿De perder o ganar tiempo escuchando canciones que pienso que son para mi? Realmente no sé que quiere que haga, no sé que quiere que pare. ¿Mi vida? ¿Como voy a parar la única cosa que hace que siga aquí? ¿Que pare momentos? Muchísimos habría hecho que duraran como meses sobre mi, pero son tantos que nunca hubiera crecido. Si, me miento, me miento cuando me levanto y pienso que es un buen día, cuando creo que un examen me ha salido bien aun sabiendo que apenas me lo he preparado. Me miento queriéndome, poniéndome zapatillas, haciendo que mi letra sea razonable, escribiendo esto. Me miento al ponerme un lazo en el pelo y decir:  que bien me queda!- Pues no, parezco tonta haciendo cosas así. Me miento pensando que ahora las cosas irán a mejor, pues pienso que ya no pueden ir a peor, pero nunca se toca el suelo del todo. Me miento cuando miro a personas, cuando hay caricias que me pierden y cuando me miro yo a los ojos. Me miento cantando en la ducha imaginándome que estoy en un videoclip. Y bueno, me miento en quedadas con amigos y cervezas. Me miento cuando me dicen: Hace mucho que no te veo!- Mentira, ayer te vi, me viste y me evitaste. Lo peor es que esas personas lo saben y yo como tonta que soy sonrío y asiento. Pues no, lo siento pero de mi ya no podréis esperar nada más que mentiras, pues vosotros también me estáis engañando a mi. Incluso el cielo, que amanece despejado y cuando salgo de casa aparece nublado ¿y cómo me fío? ¿como me visto? ¿qué hago?

miércoles, 25 de febrero de 2015

Punto y aparte.

Abandonar semillas en campos en ruinas y echarme a volar, pues escribir ya no es lo mismo para mi. ¿Y que me queda si las letras también me abandonan? Me estoy acabando, me estoy consumiendo. Mi sangre se confunde, ya no sabe qué necesito, hierro, vitaminas, amor... Aunque el amor se quedó en la última copa de ese antiguo bar que solíamos quedar para comernos el mundo en tus ojos. 'Había visto mares menos azules y profundos que esos ojos' había susurrado el libro de esta noche. Pues mi problema es que últimamente los poemas me atrapan donde realmente estoy bien, he empezado con Lorca y pasando por Neruda y Garcilaso he llegado a Elvira Sastre. Ahora, que me miedo cruzar los semáforos en verde porque pienso que me están engañando. Ahora, que miro el reloj más de 5 veces antes de salir de casa y siempre llego tarde a dondequiera que vaya. Ahora, que el mundo se está convirtiendo en mandalas para mi, en letras en griego y en latín. Ahora que mis tardes de libros se han convertido en tardes de apuntes y notas que rodean mi cuerpo para llegar a ser. Pero, ¿ser como realmente quiero o ser como quieren que sea? Tanto me cuesta crecer y admitir que me estoy volviendo una nefelibata con diploma y no me ha hecho falta examinarme. Ahora que no escucho cuando me cantan en el balcón. Ahora, que la música suena pero no la acompaño y no quiero que sea mi pareja de baile. Que prefiero bailar sola y me estoy confundiendo últimamente de pasos, pues empecé con pasos lentos y agora los confundo. Ahora, que quiero ser la mano que lleva todo el mundo encima y el atrapasueños de cualquiera. Punto y aparte.

lunes, 16 de febrero de 2015

Espejo roto

Creo que mi mayor enemiga es la chica que se esconde detrás de mi espejo. Que me mira cuando yo le miro, que me imita, que tiene un pelo ondulado y claro. Que tiene los ojos marrones y la piel muy blanca, que lleva el mismo piercing que yo y que tiene mi sonrisa. La odio, la odio porque nunca la veo como me gustaría verla, siempre tiene más caderas de lo que debería tener, más tripas y más piernas. Pese que hago lo posible por cambiarla siempre sigue en su línea y a veces incluso va a más. No quiero que entre en un mundo de anorexia o bulimia, no quiero que acabe ingresada por no gustarme a mi, pero cada día veo a la gente más mona y bonita, y esa chica del espejo sigue igual que todos los días. A veces nos llevamos bien, a veces cantamos y bailamos juntas, nos despeinamos, nos maquillamos, nos desnudamos... A veces lleva el mismo lazo que yo y a veces me dice: -Eres tonta, quiérete- A veces lloramos juntas o nos reímos juntas. A veces la golpeo y la hago trizas, otras la intento arreglar. A veces me pregunta ¿que te pasa? cuando estoy sola, cuando no sé que decir o cuando no sé ni yo misma que me pasa. A veces nos hacemos fotos, a veces me refleja, me relaja y me aleja del tiempo, pero solo a veces. Otras en cambio, me mira y me dice: Que gorda y que fea estás! Maldita niña, nunca estoy a su gusto, nunca la miro con buenos ojos.

sábado, 14 de febrero de 2015

Soterradas en el miedo.

Peter Pan es una de las películas que siempre me ha demostrado el temor de los piratas, el temor de no encontrar un tesoro. Bueno pues, ahí va, nosotras éramos tu tesoro, el cual nos vendiste en dos o tres partidas de guiñote, en dos o tres copas, y en dos o tres cigarros. En esos bares, sentado mirando como pasaba la vida, como moría la nuestra y como se quedaban los semáforos en rojo de nuestro camino. No, educación tuvimos una que no necesitamos, tuvimos una que es la más ruin y rastrera que hubiera podido tener. Hoy, después de 2 años con el mismo tema, luchando por intentar llevarnos bien, se nos ha acabando el tiempo y la paciencia. Ya no somos niñas, ya no nos vale que vengas a decirnos mentiras y darnos un beso, o regalarnos un bombón para que se nos pasara el cabreo. Mi madre, mi diosa, mi heroína, pues dudo que yo pudiera soportar todo lo que ha soportado ella. No me da miedo escribir esto, no me da miedo que lo leas, ojalá supieras que el mayor desprecio que puede tener un padre es el de sus dos hijas. Lo peor que has podido hacer, ha sido aparecer cuando estábamos solas en casa y golpear la puerta y la ventana como si no hubiera mañana, esperando a que abriéramos, mientras nosotras te suplicábamos que parases y tu sin hacernos caso. Ahora creo que los gritos mudos duelen más que los sonidos. Siempre has pensado que las culpables de tu relación con nuestra madre hemos sido mi hermana y yo, siempre nos has culpado de que en tu vida solo importasen tus copas de JB o tus cigarros apoyados en la barra del bar con dos o tres amigos y un periódico. Siempre nos has sustituido por ir a ver el futbol o por sentarte en primera fila del Valencia. No sabes cuánto odiamos el futbol ahora. Te escribo esto mientras te escucho como te ríes detrás de la puerta de mi casa, mientras noto que te da igual que Carmen y yo nos muramos de miedo por si entras, sabiendo que no tenemos escapatoria alguna. Está claro, hemos caído en una trampa, pero quiero que sepas una cosa, Peter Pan le decía a su pirata ''Viejo, solo, acabado'' Y a este paso, no me duele nada decírtelo, pues tu te has encargado de que el miedo ya no pase por mi piel y que no me des pena, solo desprecio. A nosotras nos has perdido, para siempre. Pero no te preocupes, que el bar, tus copas y tus cigarros nunca te van a fallar.

jueves, 5 de febrero de 2015

Personas.

Creo que nadie se merece ningún tipo de acoso. Nadie merece no ser saludado por personas que hasta hace dos días iban juntos de fiesta o a tomar alguna copa. Nadie merece currarse una asignatura para suspenderla, y mucho menos nadie merece aprobar copiando en una de ellas. Nadie merece verse en la calle porque los recortes nos están recortando la vida. Nadie merece que su familia lo tire hacia un lado y se olvide de esa persona, pues nadie es como quieren los demás que sean, y mucho menos nadie va a ser igual a nadie. Hay personas que no merecen tener que verse nunca en situaciones parecidas a unas de las que ya se vieron hace tiempo, pues hay situaciones que son mejor que pasen por ellas mismas. Nadie merece ser olvidado, ni comido por la envidia de otros. No, no quiero decirlo más veces pero nadie merece morirse de hambre o de sed, y nadie merece ser más rico qué, o tan rico qué. Nadie merece dar a otra persona cosas que nunca ha recibido, y digo en educación pues me he dado cuenta de que falta madurez y amor en este mundo tan absurdo. Recibir desprecio o abusos es una de las cosas más insostenibles que podemos aguantar.

lunes, 26 de enero de 2015

Coger tu mano y llamarla siempre amor.

Hace ya mucho que no te escribo, y siento que debería dar la bienvenida a los 9 meses que llevamos a lo grande. No quiero más gotas frías que recorran nuestras pieles, pues contigo siempre he querido que nuestro paisaje esté lleno de soles y claridad. De besos oscuros, guiños, paseos, caricias, amor y de vez en cuando rebeldía. Quiero que nos cojamos con ganas esta noche y que mañana ya será otro día. Aunque me conozco ya todas las partes de tu desnudez, de tus miedos y de tus pequeñas pestañas. Aunque reconozco tu olor sin verte y recuerdo perfectamente el día que quedamos por primera vez. Ay que día! que bonito era verte sin apenas conocerte del todo, y pasear y dejar todos los tristes a un lado, pues paseaba encima de todo el aire, de todo el tiempo. No controlaba espacios, no controlaba cielos, pero esa noche, controlé todos los corazones perdidos. Quisiera que volviéramos a vivir nuestros primeros besos todas las mañanas al despertarnos, para que nuestros días sean más dulces. Pero no, prefiero quedarme con todo lo que hemos vivido porque no lo cambio, ni lo cambiaré por nada. Porque eres el punto de todos mis sueños, el si de todos mis -y si...- El buenas de todas las noches y el buenos de todos los días, El té de mis quieros y de mis amos. Ay! como podría coger tu mano y llamarla siempre, amor.

domingo, 18 de enero de 2015

El mundo necesita un poco de amor.

Necesita que alguien  demuestre que realmente la vida se entiende así. Pues el lobo de Caperucita se comió a su abuela para que Caperucita le mirase a los ojos con ternura, estaba tan enamorado de ella que haría lo que fuera para que le mirase con el amor que le miraba a su querida abuelita. La Bestia encerró al padre de Bella porque sabía que de un hombre con tan gran corazón, vendría una niña con semejante cariño a rescatarlo, y así ella se enamoraría de él. ¿No lo entendéis? No estamos locos, el amor lo salva y lo cura todo. Sin amor yo no llegaría a escribir y si no escribiera no sería nadie, pues escribir me saca de este mundo que necesita tanto amor.