Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

miércoles, 8 de julio de 2015

Nos alimentamos de errores

Lo más temido por el ser humano, por las personas, son los errores. Equivocarse es casi peor que estar en tercero de primaria, pedirle salir a la chica o al chico que te gusta y que te rechace. Equivocarse es peor que tener dolor de muelas y que precisamente ese día te han preparado tu comida favorita. Equivocarse... Y ¿que es eso? Se aprende, ¿no? Por ejemplo, la niña o el niño de tercero ha decidido volver a intentarlo más adelante, quizá cambie de opinión. A quien le haya pasado el dolor de muelas ha aprendido que debe ir más a menudo al dentista y cuidarse más los dientes. Los errores son el mayor maestro del ser humano y sin embargo los más temidos (los errores). Lo peor de conocerlos, es que cuando estás bajo el bucle del error, no razonas ni buscas otras opciones, directamente sigues bajo el error con los ojos tan ciegos que cuando te das cuenta que estás bajo una especie de embrujo, ya es tarde. Pero no lo demasiado. Un error equivale a un año de madurez, bueno, si sabes detenerlo a tiempo. Yo quiero tener miles de errores y equivocarme siempre y cuando encuentre una solución y no me hunda en el intento de ganar (ganar al error). Me encanta, me encanta equivocarme y aprender de ese error, y aunque sea capaz de repetirlo, se que tendré en mis manos las cadenas para retenerlo y domarlo como a mi me plazca.

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