¿Quien me despertará todas las mañanas?
se me escama la piel por este invierno
y ya no hay café que soporte el ritmo de mis pestañas.
Las mantas han dejado de lado mis sentimientos;
me tapan solo cuando sienten que tengo miedo,
me abrazan cuando duermo sola,
y me atrapan cuando me despierto.
Tal vez debería irme a algún bar
o mirarme en algún escaparate,
o escribir cuando no encuentro mi lugar,
o buscar algún motivo para escaparme.
Escaparme,
qué palabra tan extraña,
se resvala por mi boca
y así soy incapaz irme,
de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario