Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

sábado, 14 de febrero de 2015

Soterradas en el miedo.

Peter Pan es una de las películas que siempre me ha demostrado el temor de los piratas, el temor de no encontrar un tesoro. Bueno pues, ahí va, nosotras éramos tu tesoro, el cual nos vendiste en dos o tres partidas de guiñote, en dos o tres copas, y en dos o tres cigarros. En esos bares, sentado mirando como pasaba la vida, como moría la nuestra y como se quedaban los semáforos en rojo de nuestro camino. No, educación tuvimos una que no necesitamos, tuvimos una que es la más ruin y rastrera que hubiera podido tener. Hoy, después de 2 años con el mismo tema, luchando por intentar llevarnos bien, se nos ha acabando el tiempo y la paciencia. Ya no somos niñas, ya no nos vale que vengas a decirnos mentiras y darnos un beso, o regalarnos un bombón para que se nos pasara el cabreo. Mi madre, mi diosa, mi heroína, pues dudo que yo pudiera soportar todo lo que ha soportado ella. No me da miedo escribir esto, no me da miedo que lo leas, ojalá supieras que el mayor desprecio que puede tener un padre es el de sus dos hijas. Lo peor que has podido hacer, ha sido aparecer cuando estábamos solas en casa y golpear la puerta y la ventana como si no hubiera mañana, esperando a que abriéramos, mientras nosotras te suplicábamos que parases y tu sin hacernos caso. Ahora creo que los gritos mudos duelen más que los sonidos. Siempre has pensado que las culpables de tu relación con nuestra madre hemos sido mi hermana y yo, siempre nos has culpado de que en tu vida solo importasen tus copas de JB o tus cigarros apoyados en la barra del bar con dos o tres amigos y un periódico. Siempre nos has sustituido por ir a ver el futbol o por sentarte en primera fila del Valencia. No sabes cuánto odiamos el futbol ahora. Te escribo esto mientras te escucho como te ríes detrás de la puerta de mi casa, mientras noto que te da igual que Carmen y yo nos muramos de miedo por si entras, sabiendo que no tenemos escapatoria alguna. Está claro, hemos caído en una trampa, pero quiero que sepas una cosa, Peter Pan le decía a su pirata ''Viejo, solo, acabado'' Y a este paso, no me duele nada decírtelo, pues tu te has encargado de que el miedo ya no pase por mi piel y que no me des pena, solo desprecio. A nosotras nos has perdido, para siempre. Pero no te preocupes, que el bar, tus copas y tus cigarros nunca te van a fallar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario