Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

"Esa bailarina no se sostiene"

Lo peor de crecer bailando es que creces. 
Entran chicas nuevas a la sala, que son más jóvenes y que tienen más ganas que tu, que vienen de un mundo completamente diferente donde la música suena hasta cuando entras en una librería. Estas chicas ya están acostumbradas a bailar con tacones y dejar que sus pies aguanten toda la noche, o bailar pegadas con otros chicos sin que se ruboricen. Luego entran en clase y claro, tu las ves que ellas llegan a los pies y que aguantan perfectamente el equilibrio, pero tu lo has ido perdiendo por el paso y el peso de los años. Te miras al espejo y estás cansada o desanimada, y ellas a cada canción le ponen la sonrisa más grande del mundo, y el problema realmente eres tu. 
Bueno, esto ya va por mi:
Lydia, estás cansada y a punto de echar todos tus pasos por la borda. Piensas que no tiene sentido seguir bailando si cada día te pesan más las piernas, los brazos, los ojos... si cada chica que entra nueva te mira con cara de: -Esta se tiene que retirar-. Retirar (já), en su momento tuviste la oportunidad y decidiste quedarte, pero hoy te has dado cuenta de que cuando es el momento de descansar, no puedes hacer otra cosa que tirarte al suelo y dejar que pasen los minutos, aunque realmente lo que quieres es que no pasen, que no llegue el momento de volver a empezar ese baile.
Ese baile... que piensas que te lo sabes pero cuantas más veces lo repites peor te sale y más tienes que mirar a los lados. Realmente no te sostienes, no sabes poner la cara de esfuerzo y de felicidad, ya no sabes fingir (aunque nunca lo has hecho).
Sales de clase y lo primero que quieres es llegar a casa y ducharte y tumbarte al sofá. Luego estás dos minutos bajo una manta e intentas repasar el baile en tu mente, pero no puedes, y no puedes. Ay, sientes que cada vez te haces más mayor, pero ¿qué le vas a hacer? No vas a abandonar, no vas a dejar todos estos años por una mala racha o porque entren niñas nuevas y te miren con cara de pena. Bff, realmente sabes que te pesan a ti más los músculos que a ellas, que te cuesta sostenerte porque no solo llevas ese peso encima, sino también tu peso interior, ese que ni se ve, ni se pesa, ni se mide, solo se siente y realmente es el que más pesa. 
"Bailarina triste que no tiene alas,
camina aunque tus pies quieran volar,
y aunque sientas que no puedes más,
siente la música al bailar."
Triste, pero realmente es cierto y necesario. Siempre me acordaré de que aquello que se necesita para bailar como quieres, es sentirlo todo, aunque sea frío, aunque sea cálido y aunque no sea nada. El problema de sentir algo que te está quemando, es que te acabas quemando tu también y acaba siendo una danza en llamas. El problema de sentir que algo te está congelando, es que congelas a todo aquél que te está mirando.
"Cuando sonríes la gente se queda sin aire, pero cuanto estás seria eres la que crea el aire".
Y ahora... ¿me concedes este (insostenible) baile?



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