Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

viernes, 7 de agosto de 2015

Baile sucio

"No permitiré que nadie te arrincone". Es extraño, pero tras pronunciar Johnny esas palabras, ella empezó a sentirse arrinconada. -¿Que quería decir?¿Quien me iba a arrinconar?- se preguntaba mientras entraba en su pequeño espacio personal. Cada vez que se ponía su ropa de baile y entraba sola en esa tremenda sala de baile, con el suelo de madera y los espejos de cristal, sentía que un pequeño rascacielos se asomaba por la ventana. Empezó a bailar "Halo" mientras apareció Johnny (como de costumbre) por la puerta, esta vez no iba a quedarse a mirarla, esta vez iba a participar con ella, esta vez quería sentirla. ¿Quien diría que bailarían 'Dirty dancing' a la perfección en menos de dos horas? Los dos son grandes bailarines, pero ninguno lo sabe. Lo peor, es que los dos se arrinconan en superficies tan distintas que no son capaces de verlas, no son capaces de huir. HUIR qué bonita palabra. Para ambos, huir ha sido ese baile, esa canción, esos espejos, cómplices de cada paso, de cada mirada. ¿El suelo? Bueno, podríamos decir que se ha acabado rompiendo cuando estaban a centímetros el uno del otro. Tres pasos hacia adelante, giro, caderas, brazos, piernas, manos... Y lo más importante que requiere el baile, sentimientos. Ay, si Johnny hubiera sabido en qué momento han empezado a ser uno, habría dado al botón de "repetir" de su cassette. Pero ese baile, como la película de Dirty dancing, tuvo un final. Y, aunque, a día de hoy ella sigue poniendo todo su empeño por volver a ser su Baby, Johnny ha decidido que el mejor baile, es el que nunca acaba, así que mejor dejar que lo único que los vuelva a arrinconar, sea "Time of my life"

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