Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

sábado, 12 de octubre de 2013

Ha estado todo del revés.

Esta mañana me he despertado con el pijama girado, con los calcetines por el suelo y mis pies en la almohada. Las sábanas no me estaban tapando porque estaban debajo mia, y mi móvil estaba apagado. Cuando me he levantado para vestirme, me he dado cuenta de que me había puesto los pantalones en los brazos y mi camisa en las piernas. Los zapatos tapaban mis manos y mi bufanda estaba en mis pies. Me he ido a la calle y todo estaba del revés, pues los árboles estaban girados y el mar estaba en el cielo. El cielo estaba en mis pies y los semáforos también. Ahora con el rojo se podía pasar y con el verde debías parar. El sol estaba en la esquina de mi calle, y las nubes estaban delante mía. Lo más curioso ha sido coger una estrella triste en el suelo y al intentar lanzarla al cielo se ha convertido en una mariposa y no ha parado de volar, pero girada. Me he tropezado con la Luna y ella me ha pedido perdón. Pero al mirar otra vez lo que antes era el suelo, me he dado cuenta de que las montañas también estaban en mi cabeza y he visto a una liebre correr veloz con todas sus fuerzas asustada porque habia un mar que no le pertenecía. He intentado leer un libro pero ha sido un tanto complicado porque, como todo, estaba del revés. Lo má. divertido ha sido que lloviera boca abajo y ver como no había nadie en la calle. Cuando me he dado cuenta, estaba sola en ese desorden.

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