Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

jueves, 8 de agosto de 2013

Una fiesta, y no sé.

Imaginate que llega la fiesta del año tío. Esa fiesta que no tienes que pagar nada. Que es obligado ir arreglado pero sabes que el vestido va a acabar en esa piscina tan grande. Esa fiesta que sabes que van a haber movida, que va a estar todo el mundo ahí metido. La bebida es la dueña y la música el Dios. Sabes que acabarás descalza bailando con el primer imbécil que se te arrime. Y que al día siguiente no vas a querer levantarte, por no saber como estarás. Las habitaciones donde ponga ''no entrar'' serán las primeras en las que habrá gente y romperás alguna que otra figura de su papá o mamá que al dueño le joderá, pero tu te reirás un rato. Sabes que el DJ irá cambiando con forme valla la fiesta y que entrarás y saldrás trescientas veces. No habrán vecinos, y si los hay, también estarán dentro. Se colará gente desconocida, pero no importa, tío, es una fiesta. Te robarán el bolso si lo dejas en una habitación y te quedarás sin dinero, pero no importa, es una fiesta. Si tienes suerte, la dueña será una pasota, que le dará igual si te drogas dentro o fuera, o si le partes la cara a un gilipollas en el jardín o en el baño. Pero eh, sin pasarse. Una fiesta, tío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario