Vértigo

A 60 metros de altura no sabría si caer.

sábado, 26 de julio de 2014

XXI

Si te miro de espaldas, puedo ver hacia que dirección estas mirando, esperando a que pase algo. Si te cojo de la mano, puedo sentir cada paso de tu sangre, o cada pestañeo de tus ojos. Si te sigo, es porque una vez estuve perdida y contigo me he encontrado. Si me abrazas, puedo quererme hasta a mi misma y a todos los que una vez me hicieron sentir pequeña. Si te quiero, como todos los días, no voy a cambiar nada, ni siquiera la forma de mirarte, ni de sonreírte. Si me sonríes, puede que mi mundo se pare o que vengan miles de batallas a mi estómago. Si me quieres, haré hasta que el sol pare de brillar esta noche, haré que paren las olas, que paren las horas, que se quede todo como está. Si te miro, puedo ver incluso en lo que estás pensando en ese momento, o en lo que quieres pensar. Si te marchas, ten en cuenta de que te estoy siguiendo, aunque no valla detrás, aunque no valla contigo.

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